Ya son muchas de las multinacionales que han optado por abandonar territorio ruso tras la invasión de Ucrania o bien, han decidido paralizar las ventas o exportaciones al país. Más allá de las sanciones de la Unión Europea a los grandes magnates rusos, de los fuertes desplomes del rublo o de la paralización de la bolsa nacional, la economía rusa está experimentando una salida en masa de grandes multinacionales, sin importar el sector. Desde empresas energéticas hasta las grandes tecnológicas.

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Petroleras y energéticas

Los abandonos más importantes los han protagonizado las empresas del sector energético, especialmente petroleras o gasistas, con activos valorados en miles de millones de euros y claves para la economía rusa desde la década de los 90. Es el caso de Galp, que en la última hora del miércoles anunciaba la suspensión de las nuevas compras de productos petrolíferos procedentes de empresas o territorio ruso.

Y no es la única, a esta se suman otras empresas internacionales dedicadas a la energía como TotalEnergies, Shell, Equinor, Orsted, Exxon, OMV, Centrica, Glencore, Trafigura o Siemens Energía. También la petrolera británica BP ha anunciado en los últimos días su intención de vender la participación del 19,75% del gigante ruso Rosneft. Otras compañías como ExxonMobil o la italiana Eni han optado por deshacerse de sus activos en Rusia, esta última ha anunciado que venderá la participación en Blue Stream, el gasoducto que transporta gas desde Rusia a Turquía.

Consecuencias para los fabricantes de automóviles o logística

En consecuencia, también los fabricantes de automóviles o las empresas dedicadas a la logística y el transporte han frenado la producción en territorio ruso tras el conflicto. Por el momento más de una decena de fabricantes de coches o automóviles como Daimler, Volvo, Mercedes-Benz, General Motors, Mitsubishi, Renault, Harley-Davidson, Ford, Jaguar, BMW, Honda o Mazda han anunciado la paralización de las ventas en Rusia, como respuesta a la invasión de territorio ucraniano. 

Entre estos, General Motors ha comunicado la suspensión de todas las exportaciones de vehículos a Rusia hasta el fin del conflicto mientras que Ford ha anunciado incluso la disolución de joint venture en Rusia con su socio Sollers. También Boeing, fabricante de aviones estadounidense, ha anunciado la suspensión de sus operaciones en Moscú. Una decisión que ha replicado Airbus después, que suspende el apoyo y servicios para las aerolíneas rusas.

El grupo automovilístico alemán Volkswagen ha sido uno de los últimos en anunciar que interrumpe la producción automovilística y las exportaciones en Rusia por la guerra. "Debido al ataque ruso, la dirección del consorcio ha decidido interrumpir la producción de automóviles en Rusia hasta nuevo aviso", ha informado la compañía.

En cuanto a las empresas logísticas, ya son casi una decena de multinacionales las que han anunciado la paralización de su operativa en Rusia. Fedex, Ocean Network Express, Maersk, Deutsche Post, Hapag-Lloyd, MSC, Kuehne und Nagel y Frontline son algunas de las que ya han tomado la decisión de abandonar territorio ruso. De hecho, la naviera Maersk ha asegurado que interrumpirá el envío de mercancías con origen o destino Rusia, cumpliendo con las sanciones impuestas por la Unión Europea tras la invasión de territorio ucraniana.

Apple y los gigantes tecnológicos

Lejos del sector energético, también los gigantes tecnológicos -muy representativas en la economía mundial- han hecho público su abandono de la economía rusa. Es el caso de Apple, que dejará de vender sus productos como respuesta a la invasión ucraniana. Pero también algunas de las redes sociales más utilizadas a nivel mundial como Facebook o Instagram han transmitido su rechazo público a la invasión.

Google ha tomado la iniciativa frente a los videos de desinformación y fake news publicados desde Moscú y estos videos no se podrán ver desde Youtube. Asimismo, las redes sociales, también WhatsApp o Twitter, están tomando medidas similares, según los últimos anuncios. Por su parte, Intel y AMD han sido las últimas compañías en anunciar que dejarán territorio ruso por la guerra.

Una tendencia que replican las productoras y responsables de contenido audiovisual como Netflix, Warner o Disney, que ya han tomado medidas frente a Rusia. Por el momento, Disney ha anunciado que no lanzará nuevas películas en Rusia mientras que Warner ha cancelado el estreno de The Batman, previsto para este viernes 4 de marzo. Otras como Universal, Paramount o Sony también han cancelado sus estrenos en los cines del país, por lo que películas como Morbius, Belfast o Jurassic World Dominion no se verán por el momento en Rusia.

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Netflix, el gigante del streaming, no incluirá ningún canal ruso en su oferta, tal y como anunciaba el martes 1 de marzo y este jueves refuerza las medidas contra Rusia. La compañía ha paralizado sus producciones originales rusas, entre las que estaban Anna K, Zato o Nothing Special, así como la adquisición de derechos para futuros proyectos audiovisuales en el territorio tras la invasión de Ucrania.

Más allá de las grandes empresas tecnológicas o las compañías dedicadas al streaming, una de las formas más populares de consumir contenido audiovisual, también los fabricantes de tecnología Ericsson y Nokia han anunciado en los últimos días la paralización de la venta de sus productos. 

El problema en los bancos

El caso de los bancos es más particular, y quizás el más preocupante. No solo son las sanciones a los multimillonarios rusos para no utilizar el sistema de comunicaciones SWIFT con el resto de bancos internacionales, sino que algunos de los bancos europeos o norteamericanos ya han anunciado medidas que perjudican a la economía rusa.

La Unión Europea ha excluido este miércoles siete bancos rusos del sistema de mensajería para transferencias bancarias SWIFT, en concreto Bank Otkritie, Novikombank, Promsvyazbank, Bank Rossiya, Sovcombank, Vneshconombank, y VTB BANK. No obstante, ha dejado dos de las entidades bancarias rusas más importantes dentro del sistema, Sberbank y Gazprombank.

Por el momento, los bancos internacionales HSBC, Nordea Raiffeisen Bank y el banco dubaití Mashreqbank ya han anunciado que dejan de prestar dinero a los bancos rusos. En el caso español, Banco Santander ya ha tomado medidas para ayudar al conflicto en Ucrania y asegura estar trabajando para garantizar el cumplimiento de las sanciones contra Rusia.

Además de la huida de los bancos de Rusia, la Unión Europea, Reino Unido y Estados Unidos ya han anunciado la prohibición de operar con el Banco Central de Rusia. Estados Unidos también ha prohibido todo tipo de operaciones con varias entidades financieras y, por su parte, las cámaras de compensación en la Unión Europea y Reino Unido ya han cerrado el acceso a los operadores rusos.

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En línea con las restricciones a los grandes magnates y a los bancos rusos, Visa y Mastercard también han optado por abandonar su actividad en territorio ruso, dos de las grandes responsables de tarjetas de crédito. 

Las textiles también reaccionan

La huida masiva de empresas no solo se ha producido en los sectores estratégicos para cualquier economía nacional, sino que empresas del sector textil se han sumado a la condena a la invasión de territorio ucraniano por parte de Rusia. Es el caso de la textil sueca H&M, que ya ha anunciado la suspensión de todas sus operaciones en Rusia. La compañía ha comunicado la salida en un breve comunicado donde expresa su "profunda preocupación por el trágico desarrollo de los acontecimientos en Ucrania, y apoya a todas las personas que están sufriendo".

En la misma línea han reaccionado las marcas de ropa deportiva Adidas y Nike. En el caso de Adidas, ha retirado el patrocinio a la federación rusa de fútbol mientras que Nike ha paralizado de forma temporal la venta de sus productos. 

También otras cadenas textiles con presencia internacional como el Grupo Tendam, propietario de marcas como Cortefiel o Pedro del Hierro; la española Mango o Inditex han anunciado que dejarán de vender sus colecciones en territorio ruso. De hecho, el buque insignia de Amancio Ortega ha anunciado el cierre de sus más de 500 tiendas en territorio ruso el pasado sábado. 

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Por otro lado, Ikea ha anunciado este jueves que también suspende, de forma temporal, sus operaciones en Rusia y en Bielorrusia por la guerra. La cadena sueca de muebles y decoración ha anunciado la medida en su propio canal de Instagram y también suspenderá las importaciones y exportaciones de y desde Rusia y Bielorrusia, con un impacto directo sobre alrededor de 15.000 trabajadores, según ha indicado en un comunicado oficial. 

El sector del lujo abandona Rusia 

Además de todas estas empresas, hay un sector especialmente significativo que también ha declarado su paralización en Rusia: el sector del lujo. Empresas como la joyera Tous o grandes marcas como Chanel, Hermés, Prada o LVMH han anunciado que dejarán de vender sus exclusivos productos en territorio ruso de forma temporal. Algunas de estas marcas incluso han tomado iniciativas en sus redes sociales para ayudar a los afectados por la guerra de Ucrania. 

También las marcas del coche dedicadas al sector del lujo como Audi o Porsche se suman a las decisiones tomadas por otros gigantes automovilísticos como BMW o Jaguar para paralizar la venta de coches en Rusia.

Finalmente, algunas de las consultoras y asesoras más importantes a nivel mundial, las conocidas como las Big Four, también han abandonado su actividad en Rusia. Es el caso de PwC y KPMG, dos de las consultoras con mayor presencia internacional. Por el momento son las primeras en hacerlo pero no se descarta que las salidas continúen hasta desaparecer las cuatro grandes empresas.

Así, EY reconoce estar estudiando el caso y Deloitte asegura que cumplirá con las sanciones. "Deloitte está revisando actualmente nuestro negocio y presencia en Rusia (...) Continuaremos cumpliendo con todas las sanciones aplicables; Deloitte no atiende a ninguna entidad del Gobierno Central de Rusia", reconoce este lunes.

Estas son algunas de las empresas internacionales que han reaccionado al conflicto, ya sea mediante la paralización de la venta de sus productos o incluso, mediante la venta de participaciones y capital, pero la lista podría seguir creciendo en los próximos días.