Mientras el presidente Biden y otros líderes mundiales reflexionan sobre sanciones contra Rusia por su decisión de invadir Ucrania, una de las propuestas más severas impediría el acceso del Kremlin a los sistemas de pagos internacionales SWIFT. El sistema SWIFT, o Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication, facilita las transacciones financieras y las transferencias de dinero para bancos ubicados en todo el mundo.

El sistema está supervisado por el Banco Nacional de Bélgica y permite transacciones entre más de 11.000 instituciones financieras en más de 200 países de todo el mundo. Sin acceso a SWIFT, Rusia y sus instituciones financieras quedarían efectivamente aisladas de la mayoría de las transacciones comerciales internacionales. Por ejemplo, Rusia no podría obtener ganancias de las ventas internacionales de su producción de petróleo y gas, acuerdos que representan más del 40% de los ingresos del país. Una prohibición de SWIFT no se incluyó en la última ronda de sanciones que Biden describió en un discurso mordaz el jueves en respuesta a la invasión de Rusia. Sin embargo, el presidente dijo que tal prohibición es “siempre una opción” en el futuro.

“Las sanciones que hemos impuesto superan a SWIFT. Las sanciones que hemos impuesto superan cualquier cosa que se haya hecho alguna vez”, dijo Biden. “Las sanciones que hemos impuesto han generado que dos tercios del mundo se nos unan. Son sanciones profundas”. 'Declaracion de guerra' Las consecuencias económicas serían lo suficientemente graves como para que algunos expertos hayan comparado un corte SWIFT con una "opción nuclear" en términos de sanciones económicas.

Cuando Estados Unidos y sus aliados consideraron una sanción similar contra Rusia tras su toma de Crimea en 2014, algunos políticos rusos sugirieron que la acción constituiría una declaración de guerra. Además de provocar la ira de Rusia, un corte de SWIFT podría tener consecuencias de gran alcance para la economía global, como limitar el acceso a los suministros de combustible durante una crisis energética en curso. Algunos expertos han expresado su preocupación de que un corte podría resultar en la formación de sistemas de pagos globales rivales.