BBVA ha anunciado este jueves despidos para 3.798 trabajadores de la entidad, con el consiguiente cierre de 530 oficinas. Hace solo dos días, CaixaBank realizaba un anuncio similar, con un ERE que afectaría a 8.291 trabajadores y el cierre de 1.534 oficinas. Una semana negra para el sector bancario, que no ha tardado en despertar las críticas de diferentes sectores de la sociedad.

La ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, se ha pronunciado este miércoles y ha hecho un llamamiento a “actuar con responsabilidad” en el ERE de CaixaBank, que ha criticado como “inaceptables” los “altos sueldos y bonus pagados a directivos de las entidades”.

"Se trata de unas remuneraciones que no se corresponden en absoluto con la situación económica de nuestro país, y menos aún en entidades que están anunciando fuertes recortes de personal y cierre de oficinas” -ha denunciado la responsable económica del Gobierno- "Esa es la línea que vamos a seguir teniendo. Creo que las entidades y el sector financiero en su conjunto debe actuar con responsabilidad y tratar de buscar todas las alternativas posibles".

En la misma tendencia se han pronunciado este jueves la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, y el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. Díaz ha reconocido que “no son tiempos” para realizar despidos y ha remarcado que “todo el mundo debe remar en una única dirección”.

"Creo que no son los tiempos de estos planteamientos. Me parece que todo el país, toda Europa está sufriendo y todo el mundo debe de remar en una única dirección, que es el mantenimiento del empleo" -ha asegurado la vicepresidenta tercera- "He de decirles que creo que, en este caso, si me permiten en nombre de Unidas Podemos, hace meses hemos anticipado ciertos riesgos en la fusión de Bankia (con Caixabank) que tienen que ver con el empleo y que lamentablemente estos días se daban a conocer".

Por otro lado, Escrivá ha afirmado que CaixaBank y BBVA deben tener en cuenta las ayudas públicas que recibieron en la crisis financiera de 2008 antes de llevar a cabo un ERE. "Los dirigentes de las instituciones financieras deben ser conscientes de hasta qué punto se ha protegido al sector para evitar males mayores, y en esta situación esa reflexión me parece particularmente relevante”, ha explicado.