El consejo de administración de Telefónica decidió este sábado, en una reunión extraordinaria celebrada en Madrid, nombrar a Marc Murtra, actual presidente de Indra, como nuevo presidente de la compañía. Murtra sustituye a José María Álvarez-Pallete, quien deja el cargo tras casi nueve años al frente de la multinacional. Este movimiento fue impulsado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), el mayor accionista de Telefónica, y contó con el apoyo de CriteriaCaixa, BBVA y el respaldo unánime de los consejeros independientes. Se da la circunstancia de que el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, no se enteró de la operación hasta apenas minutos antes de que diese comienzo el consejo de administración.

Entonces, según ha sabido ElPlural.com, Feijóo llamó por teléfono a los consejeros para pedirles que no votaran el nombramiento de Murtra, en un ejercicio inédito de intromisión en la empresa. Ningún consejero hizo caso a la llamada del líder del PP, como es obvio. Tras fracasar en su intento,  Feijoo se refugiaba en la red X para denunciar la “colonización” de las empresas privadas por parte del Gobierno de Pedro Sánchez. “No contento con colonizar las instituciones públicas, ahora también las empresas privadas. Por si alguien dudaba de la deriva antidemocrática de @sanchezcastejon. Van a por todo, pero les pararemos entre todos”, indicaba el líder popular ocultando  su intento de que se frustrara el consejo de administración de Telefónica.

El propio Partido Popular reconoció a la prensa que a Feijóo le había pillado por sorpresa la noticia. Según fuentes oficiales de Génova, el Gobierno no había comunicado "nada" de los movimientos para iniciar el cambio en la compañía. De hecho, Feijóo conoció la operación en Berlín, donde se encontraba para participar en la cumbre del PP europeo.

En contra del criterio del PP, la decisión, según el comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), respondía a “la nueva estructura accionarial de la sociedad” y a la necesidad, expresada por algunos accionistas relevantes, de iniciar una nueva etapa en la presidencia ejecutiva. El consejo justificó así una “renovación ordenada de la presidencia de la sociedad” adaptada a su actual composición accionarial.

Marc Murtra, nuevo presidente de Telefónica
Marc Murtra, nuevo presidente de Telefónica.
 

Un relevo inmediato y estratégico

El nombramiento de Murtra como presidente ejecutivo y consejero tenía carácter inmediato, dejando así al ingeniero catalán al mando de Telefónica desde este mismo sábado. Por su parte, Álvarez-Pallete fue cesado también como consejero, concluyendo una larga trayectoria profesional en la empresa desde abril de 2016.

En un mensaje de despedida publicado en su cuenta de X, Álvarez-Pallete expresó lo siguiente:
“Ha sido un privilegio ser parte de la gran familia @Telefonica. Ha sido mi casa y mi escuela. Juntos hemos convertido lo imposible en posible. Gracias por cada paso que hemos avanzado juntos y gracias por haber creído en mí. Una vez telefónico, siempre telefónico”.

Cambios accionariales tras movimientos estratégicos

El cambio en la presidencia de Telefónica llega tras un terremoto accionarial que comenzó en 2023 con la entrada de la operadora Saudí Telecom Company (STC), que adquirió el 9,97% del capital de la compañía. Este movimiento generó recelo entre el Gobierno y accionistas estratégicos debido a la importancia de Telefónica como empresa estratégica y la incertidumbre sobre los planes de STC, controlada por el fondo soberano saudí PIF.

En respuesta, la SEPI adquirió un 10% del capital en mayo de 2024 por 2.384 millones de euros, consolidándose como el mayor accionista de la multinacional. Paralelamente, CriteriaCaixa elevó su participación al 9,9%, mientras que STC consolidó su posición tras recibir la autorización del Consejo de Ministros para convertir el 5% de capital en derivados en acciones.El reequilibrio accionarial ha generado una transformación en el consejo de administración, proceso que aún está en curso. A propuesta de la SEPI, Carlos Ocaña se unió al consejo en mayo de 2024, mientras que STC planea solicitar representación directa tras obtener el aval del Gobierno. Además, el reciente fallecimiento del vicepresidente Javier Echenique ha dejado una vacante pendiente de cubrir.

El consejo deberá también ajustarse a los criterios de paridad de género y Buen Gobierno de la CNMV, lo que implica nombrar dos mujeres consejeras para mantener el porcentaje de representación femenina, así como asegurar que al menos el 50% de los vocales sean independientes.

En su comunicado oficial, Telefónica destacó el papel de Álvarez-Pallete durante su liderazgo:
“El consejo de administración ha manifestado de forma unánime su máximo agradecimiento a José María Álvarez-Pallete por los años de trabajo y colaboración con el Grupo Telefónica y, en especial, por su extraordinario esfuerzo, dedicación y aportación durante su larga trayectoria profesional”.
 

"Villalonga era un triunfador, Aznar era más normalito"
José María Aznar y Juan Villalonga en su infancia.
 

Telefónica: décadas de control por el PP

La privatización de Telefónica, uno de los episodios más significativos de la historia económica reciente de España, culminó durante el Gobierno de José María Aznar. Sin embargo, sus cimientos ya habían sido colocados durante el mandato de Felipe González. Fue en los años de Aznar, con Rodrigo Rato como vicepresidente económico, cuando el Estado vendió el 20,9% que aún mantenía en la compañía, una operación que generó ingresos equivalentes a 3.786 millones de euros actuales. En 1997, 196 millones de acciones pasaron del control público a manos privadas.

Uno de los nombres que quedó asociado a esta etapa fue el de Juan Villalonga, amigo de la infancia de Aznar y nombrado presidente de Telefónica por propuesta directa del Gobierno. Villalonga, con una carrera previa en el sector financiero, llegó al cargo meses antes del anuncio de la privatización, en una decisión que generó críticas por su proximidad al presidente del Ejecutivo. La estrategia gubernamental parecía clara: colocar al frente de la compañía a una figura afín mientras se aseguraba el control político mediante la conocida "acción de oro". Este mecanismo garantizaba al Estado una posición privilegiada en decisiones clave pese a la venta.

Tras Villalonga, otro nombre destacado de las privatizaciones de los noventa, César Alierta, asumió la presidencia de Telefónica. Alierta ya había liderado la privatización de Tabacalera y contaba con la confianza de Rato. Aunque su ascenso no estuvo exento de dudas—algunos consejeros cuestionaron su experiencia en el sector de las telecomunicaciones—, se optó por combinar su liderazgo con el nombramiento de Fernando Abril-Martorell como consejero delegado. Abril-Martorell, hijo de un destacado político de la UCD, había sido relegado previamente por Villalonga al frente de las Páginas Amarillas para evitar rivalidades internas.

La llegada de José María Álvarez-Pallete como consejero delegado en 2012 marcó una nueva etapa para Telefónica. Su nombramiento se produjo tras una convulsa Junta de Accionistas en la que el 25% del capital representado, liderado por grandes fondos internacionales, votó en contra de la renovación de Alierta. Una de las razones principales fue la acumulación de poder que caracterizaba su gestión.

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