Con la entrada en vigor de la excepción ibérica el pasado 14 de junio la diferencia entre los mercados de la electricidad cobra mayor importancia. El mercado eléctrico es de tipo marginalista pero no toda la energía producida tiene el mismo precio.

Para calcular el precio de la energía, la oferta se ordena por precios: la más barata primero hasta cubrir la demanda energética del momento. Sin embargo, el precio al que se paga es al que ha ofertado el último productor que ha terminado de cubrir la demanda energética, y, por lo tanto, el más caro.

Este hecho no suponía un gran problema cuando el gas natural tenía un precio relativamente estable, pero en el último año su precio se ha multiplicado por cinco. La excepción ibérica limita el precio del gas a 40 euros el megavatio hora. Sin embargo, la entrada en vigor de dicho tope en el precio del gas no afecta de igual manera a todos los hogares.

Mercado libre: la compañía fija la tarifa

El mercado libre es el mayoritario entre los consumidores. En este caso, el precio de la luz es fijado por la empresa comercializadora. A diferencia del mercado regulado, la tarifa es fijada por la compañía eléctrica, pudiendo elegir el consumidor tarifas estables con discriminación horaria (en dos o tres periodos), cuotas fijas, tarifas planas y otro tipo de ofertas personalizadas.

Mercado regulado: el precio de la electricidad cambia constantemente

El mercado regulado es conocido como la tarifa de Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC). En el mercado regulado, los precios de la luz cambian constantemente dependiendo de la oferta y la demanda entre los que producen energía y quienes la venden al consumidor.

Esta curva de precios se traslada directamente a la factura de la luz y es lo que explica que el precio de la energía sea más caro si se consume en las horas con más demanda y más barato en las horas con menor demanda energética.

El tipo de contrato del que se disponga determina la forma en la que este nuevo mecanismo de precios afecta a la factura de la luz. Aquellos consumidores que cuenten con una tarifa PVPC ya están notando el efecto de esta medida, mientras que los clientes con precios fijos lo verán reflejado en su factura si cambian o renuevan sus contratos durante el año que estará vigente la medida.

En esta línea, el precio dependerá del pactado con la compañía eléctrica. Sin embargo, es previsible que, con esta medida, los precios mayoristas de la energía se reduzcan, por lo que es lógico que esa reducción de precios se traslade a la factura de la luz del consumidor.

Reducción del 14% en las dos primeras semanas de la excepción ibérica

La limitación del precio del gas para generar electricidad ha reducido en sus primeros 15 días de aplicación (entre el 15 y el 30 de junio) el precio de la luz para los clientes de tarifa PVPC un 13,82%.

Entre el 15 y el 30 de junio el precio promedio para los clientes con este tipo de tarifa fue de 237,77 euros por megavatio hora (MWh), mientras que de no haberse aplicado la medida el promedio hubiese sido de 275,89 euros/MWh, generando un ahorro de 38,12 euros/MWh, según los datos oficiales del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico. 

El precio promedio de la luz para los clientes de tarifa regulada vinculados al mercado mayorista se ha incrementado este lunes un 22,72% con respecto al día anterior, hasta los 254,97 euros por megavatio hora, alrededor de 57 euros menos de no contar con el límite al precio del gas.