Las estadísticas de macroeconómica continúan dando buenas noticias a España. El Producto Interior Bruto (PIB) ha cerrado el tercer trimestre del año con un crecimiento del 0,6%, que se traduce en un crecimiento del 2,8% en comparación con el mismo periodo del año anterior. El dato publicado este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE) es el noveno consecutivo que, como mínimo, se ubica por encima del medio punto y afianza el papel de España como economía desarrollado que más crece un año más.

Un 0,6% y un 0,8% es el crecimiento que había experimentado en el primer y segundo trimestre, respectivamente, a los que se suma ahora un nuevo 0,6%. El pasado curso, ni siquiera se llegó a bajar del 0,7% trimestral, llegando a recogerse avances del 1,1%. Con todo, el avance disfrutado entre julio y septiembre continúa con una tendencia positiva que se inauguró una vez superada la caída de la pandemia, cuyo retroceso macroeconómico se superó hace un par de años, aupando a España a un ritmo muy superior al de sus vecinos.

“Este dato del tercer trimestre afianza las recientes revisiones al alza de las previsiones de las principales instituciones nacionales e internacionales para este 2025, en que el que España volverá a liderar a las principales economías avanzadas, con un avance del 2,9% según el FMI o incluso superior según otros organismos”, celebran desde el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, pilotado por Carlos Cuerpo. Además, el peso de los agregados muestra una economía resiliente que corre poco peligro ante la coyuntura internacional, más allá del efecto onda expansiva que deviene de la interconexión comercial occidental.

El crecimiento del PIB en el tercer trimestre lo protagoniza la demanda interna, con el tirón del consumo y de la inversión, en un escenario de incertidumbre geopolítica y comercial en el plano internacional. También ha continuado avanzando con fuerza la inversión, con una tasa trimestral del 1,7%, destacando especialmente el aumento de la inversión en productos de la propiedad intelectual del 2,4%. Sin embargo, el aspecto clave es consumo de las familias, que ha aumentado entre julio y septiembre un 1,2%, frente al segundo trimestre.

Este crecimiento trimestral duplica el ritmo del periodo anterior y, a juicio del Ministerio, “es el reflejo de la solidez del mercado laboral y del aumento del poder adquisitivo”. El aspecto pendiente para que la mejora laboral y de los salarios suponga una ganancia real de poder adquisitivo es el precio de la vivienda, como es de sobra conocido en el seno de la coalición, desde donde lamentan que la especulación inmobiliaria esté absorbiendo gran parte de los avances. En planos más elevados, la inversión, con una tasa trimestral del 1,7%. Destaca especialmente el aumento de la inversión en productos de la propiedad intelectual del 2,4%.

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