Las cuentas no salen. El impacto de la propagación del Covid 19 y de las medidas para combatir la pandemia adoptadas por el Ejecutivo debido a cuestiones sanitarias han provocado un incremento del gasto público desorbitado.

La deuda de España, alcanzó en el mes de marzo un récord histórico, al situarse en los 1.222.243 millones de euros, es decir un 2,3 por ciento más que el mismo mes del pasado año. Sin embargo, el Covid 19 no ha dado tregua durante los meses posteriores y la paralización de la actividad económica se ha prolongado más de lo deseado en el tiempo. Esto significa que la deuda pública podría alcanzar un 115 por ciento del PIB español, según el Ejecutivo. Por su parte, el Fondo Monetario Internacional sitúa esta cifra en el 113 por ciento. 

Tiempo de cambios

España necesitará ser rescatada, al menos si no implementa una potente reforma estructural, fiscal y laboral. De hecho, según un informe del Observatorio de la Realidad Financiera (Orfin) se estima que la tasa de paro se sitúe en el mes de septiembre en el 26 por ciento,  lo que equivale a 5 millones de personas en situación de desempleo, y  que la deuda pública ascienda hasta el 122 por ciento del PIB. “En verano, se acabaría el dinero para financiar los expedientes temporales y es cuando llegaría la realidad: la tasa de paro subirá hasta el 26 por ciento en septiembre, superándose de nuevo los cinco millones de parados. Promediando para todo el año, la tasa de paro llegaría al 20,5 por ciento”, afirma en su informe el Observatorio.

Además, se prevé que el Producto Interior Bruto registre una caída del 13 por ciento a finales del presente ejercicio.  Las cifras no cuadran y la alternativa para España pasa por los fondos de rescate europeos. En primer lugar, se encuentra el SURE, un mecanismo que la Comisión Europea puso en marcha para dar apoyo a aquellos países que han tenido que hacer uso de los expedientes de regulación de empleo (ERTE) para evitar la inmediata catástrofe económica. A través de este fondo, el Gobierno pretendería pagar los costes de estos expedientes.

Por otro lado, están los fondos MEDE, a través de los cuáles España podría conseguir hasta 25.000 millones de euros a crédito más barato que en los mercados pero que generan cierto temor respecto a las estrictas condiciones que pudiera imponer la ‘troika’ europea a nuestro país.  Por lo tanto, ¿cuál es la alternativa? Definitivamente España necesita sanear sus cuentas públicas, reducir la deuda y reformular su modelo de producción. Austeridad. 

Se agota el dinero de las pensiones

De hecho, según Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), el déficit de la Seguridad Social – que se encarga de pagar las pensiones- se triplicará este año hasta los hasta los 60.000 millones de desfase previsto para el 2020. Esto, sumado a la paralización económica supone un impacto sobre el PIB de 73.200 millones de euros, cuatro veces más el déficit de 2019. La pregunta que surge es ¿habrá dinero para abordar todos los gastos?

El Fondo de Reserva se está agotando. La hucha de las pensiones cuenta actualmente con 2.150 millones de euros, de los que se podría echar mano para afrontar los pagos de las pensiones y los gastos derivados de la lucha contra la pandemia, pero, ¿durante cuánto tiempo? 

Teniendo en cuenta que el déficit de la seguridad social camina de la mano de las cotizaciones, afectadas en estos momentos por los efectos económicos que ha generado la pandemia la magnitud del problema se agrava y España podría agotar ese remanente en cuestión de un año.