A penas han pasado 24 horas desde que vio la luz la segunda parte de la reforma de pensiones propuesta por José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Desde su anuncio, el planteamiento ha recibido múltiples críticas, desde las de Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, pasando por la de socios de Gobierno como Unidas podemos y hasta las férrea negativa de los sindicatos. Ahora, la Seguridad Social responde e intenta aclarar y desarrollar de forma más clara y extensa su reforma. Así, ahora se conoce que la intención del Ministerio es ampliar el periodo de cálculo de la pensión de 25 a 30 años, pero a partir de 2027 y de forma progresiva, cinco meses por año, hasta 2038.

De esta manera, se confirma que la pretensión de Escrivá es esperar al despliegue total de la anterior subida de la edad aprobada, 25 años en 2027, para comenzar este nuevo incremento. Además, según el documento facilitado por el Ministerio a patronal y sindicatos, de los cinco meses que se ampliarán por año a partir de esa fecha, el trabajador podrá escoger los tres meses más favorables a su cotización y descartar dos. Fórmula similar a la que pretende Escrivá implantar una vez se alcanzase los 30 años en 2038, que el trabajador pueda descartar los 24 peores meses del periodo y quedarse con los 28 mejores años.

Ejemplificando los nuevos detalles conocidos sobre la medida, en el año 2027, año de inicio de aplicación de la nueva edad, la persona que haya alcanzado la edad de jubilación, verá que el cálculo de su pensión contempla 25 años y cinco meses. Al año siguiente sería de 25 años y diez meses, en 2030 de 26 años y ocho meses y así sucesivamente hasta llegar a los 30 años contemplados para 2030, momento en el que se descartarán los 24 meses más desfavorables.

Bases de cotización y pensión máxima

Por otra parte, Escrivá pretende aumentar los ingresos a la Seguridad Social haciendo que los empresarios paguen más por los trabajadores con mayores salarios aumentando las bases máximas de cotización. El primer planteamiento del ministro es aumentar el 28,85% las bases máximas entre 2025 y 2050, a tenor de 1,154 puntos por año, además de lo que cada año suba la base máxima según el IPC. Esa parte afectará de lleno a los empresarios y no directamente a los trabajadores, que nunca cobrarían menos por el aumento de bases. Sobre esto, Seguridad Social mantiene que es mejor para los intereses de los empresarios al evitar que en unos años cualquier Gobierno les imponga una subida drástica.

También se pretende modificar el incremento de las pensiones máximas, que cada año suben según el IPC. La idea de Seguridad Social es que aumenten 0,115 puntos, además de lo que suba según la inflación cada año, por debajo de la subida de las bases. No obstante, la institución asegura que a partir de 2050, superada la generación baby boom, se abordará el diálogo social hasta conseguir un incremento real acumulado del 30%. Tal y como se plantea también para las bases máximas, si la referencia de inflación es negativa, la pensión máxima sólo subirá en el aumento adicional establecido