Europa occidental carece de fuentes de energía no renovables y los yacimientos de gas y petróleo del mar del Norte no son suficientes para abastecer a la región. Por ello, la dependencia energética es un gran problema que ha derivado en la abundante cantidad de redes de gasoductos que hay por todo el mapa europeo. Así, Europa recibe el gas desde Argelia, Azerbaiyán, Irán y, sobre todo, Rusia.

El 40% de la demanda de gas en Europa es suministrada por Rusia, aunque dependiendo del país hay grandes diferencias. En los países bálticos, Suecia o Finlandia el gas ruso supone la totalidad de la demanda y en Polonia, Chequia, Eslovaquia o Austria supone más de la mitad del suministro de estos.

En este sentido, la dependencia de Europa Occidental del gas junto a las tensiones políticas con Rusia condiciona las relaciones entre ambas potencias, ejemplificadas por la política exterior de Alemania. Rusia mantiene varios frentes abiertos -la invasión a Ucrania, una oposición refugiada en Lituania y Polonia y sostener el régimen del Kremlin- que han generado que Putin tenga que buscar vías alternativas para vender su gas en Europa.

La primera solución de Rusia fue el South Stream, que consistía en la  la construcción de un nuevo gasoducto a través del mar Negro, sin embargo, fue cancelado tras la anexión rusa de Crimea. La segunda opción fue el norte de Europa, un nuevo gasoducto que permitiera la ampliación del Nord Stream. El Nord Stream 2 cruza el mar Báltico y abastece directamente a Alemania puenteando la zona de inestabilidad entre la Unión Europea y Rusia.

Mapa gasoductos Europa. El Orden Mundial

Por otro lado, el segundo mayor exportador de gas a la UE es Noruega, con un tercio del suministro total. Gracias a la exportación de gas y petróleo del mar del Norte ha permitido al país la financiación de las energías renovables para evitar la dependencia de estos combustibles limitados. Los gasoductos nórdicos se extienden por el mapa hacia Reino Unido y Países Bajos, desde donde se distribuye el gas hacia el centro de Europa.

Por su parte, Argelia es el tercer abastecedor de gas a la Unión Europea, principal suministrador de España, Portugal, Italia o Francia. Las rivalidades entre Argelia y Marruecos han llevado al cierre del gasoducto transmediterráneo, que enviaba gas a España desde Argelia transitando por tierras marroquíes. Bruselas ha pasado por alto la política argelina debido a la importancia de estas fuentes para abastecimiento europeo.

El gas procedente de Irán y Azerbaiyán, a través de Turquía, está incompleto, y el porcentaje de gas que procede de este lugar es pequeño. A Grecia llega poco más del 14% del gas desde Turquía, mientras que en Chipre supone un cuarto de su abastecimiento. Ambos países son los principales importadores por la vía turca.

Los gasoductos diseñados para llegar a Italia y Europa central a través de los Balcanes se han visto paralizados entre las sanciones a Irán, las disputas con Turquía por los yacimientos de gas del mediterráneo oriental y la cancelación del South Stream.