Naturgy se reafirma en su posición: el suministro de gas desde Argelia no corre peligro y está asegurado hasta 2032. En medio de la crisis energética que asola Europa -que no va a provocar cortes de gas en España según los expertos y las previsiones del Gobierno- una de las principales gasistas nacionales mantiene la calma ante los rumores de falta de gas más catastrofistas.

Relacionado Ribera no prevé posibles cortes de suministro de gas en España

La compañía, liderada por Francisco Reynés, se encuentra en plena negociación con Argelia para renovar el contrato de suministro de gas de cara a los próximos años. Pero no es una consecuencia de la guerra de Ucrania o de las amenazas de Vladimir Putin de cortar el gas a Europa. Es simplemente un trámite previsto desde mucho antes de la invasión rusa de Ucrania incluido en el contrato con la gasista nacional argelina, Sonatrach.

Fuentes de Naturgy desmienten así cualquier riesgo de no renovación del contrato, al menos por parte de la gasista, y aseguran a ElPlural.com que no hay ninguna negociación sobre los aspectos clave: cantidades y duración del contrato. Es decir, España continuará recibiendo la misma cantidad de gas procedente de Argelia y lo hará durante el tiempo que ya estaba pactado en el papel, al menos hasta 2032.

La única, y mínima, posibilidad de ruptura del contrato correspondería a la gasista nacional argelina, una postura que Naturgy no contempla en este momento. Y es que, además de un contrato de por medio, el 4% del capital de Sonatrach está en manos de la gasista española, lo que ratifica la relación entre ambas.

Renegociación del precio: prevista desde antes de la guerra

Lo que sí podría cambiar es el precio al que el gas argelino llega a España a través del gasoducto compartido. Esto es lo que está negociando Naturgy desde hace meses para este y los próximos años, en concreto 2022, 2023 y 2024, pero tampoco como consecuencia de la guerra de Ucrania.

La renegociación del precio es una de las cláusulas incluidas en el contrato inicial ratificado entre la gasista española y la compañía nacional argelina, Sonatrach. El objetivo de la energética de Reynés ahora es que la subida del gas afecte lo menos posible a los consumidores españoles. Es decir, negociar con Sonatrach el precio más bajo posible dentro de las circunstancias derivadas de la guerra de Ucrania.

El gasoducto argelino es, hasta ahora, el principal suministrador de dicha materia prima a España, pero no es el único. Según los datos de Enagás, en los últimos meses los porcentajes de importaciones de gas se han movido entre tres actores principales: la propia Argelia, Estados Unidos y Rusia, esta última a pesar de las amenazas de corte de gas ruso de Putin.

Relacionado La importación de gas de Argelia cae un 42% pero se mantiene como proveedor principal

Midcat, clave para ayuda a Europa en la crisis energética

En medio de la negociación de Naturgy por el precio al que llega el gas argelino a la Península Ibérica, desde Transición Ecológica se han puesto las pilas para diseñar nuevos gasoductos, o más bien retomar los proyectos planteados. Es el caso del Midcat, el gasoducto que uniría Cataluña con Francia para suministrar gas al resto de Europa, especialmente en un contexto de crisis energética entre los países vecinos.

Desde Naturgy consideran que el Midcat es una buena idea para diversificar el suministro de gas a Europa, en aras de reducir la dependencia de la energía rusa. Quien no lo tiene tan claro es el Gobierno francés, que en los últimos días ha cambiado varias veces de opinión sobre el proyecto.

Primero fue la negativa del presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, a la que no tardaron en responder el Gobierno español -a través de la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez- y la propia Unión Europea, con un sí al Midcat. No obstante, el Ejecutivo nacional matizó que, si Francia no quería este gasoducto, optaría por llevar la materia prima por un gasoducto marino hasta Italia. Un plan B ante el que Francia ha rectificado y ha provocado que vuelva a plantearse el Midcat.

Lo que está claro es que España juega un papel clave en la crisis energética de Europa y puede convertirse en un actor estratégico. En esto coinciden desde Naturgy y expertos del sector hasta los principales dirigentes europeos. Prueba de ello es la visita de Pedro Sánchez al Consejo de Ministros alemán esta semana, ante la mirada y la felicitación del canciller Olaf Scholz, que entiende el modelo energético español como un acierto para superar el impacto tras la invasión de Ucrania. Parece que España, y su excepción ibérica, se ha convertido en un modelo para Europa, que ahora se fija en el sur para solucionar las crisis.