Ikea renueva un año más su campaña más ‘activista’. Se trata del Green Friday, que este año tiene lugar entre el 15 y el 28 de noviembre, y se celebra durante varias jornadas en la que los clientes ponen a disposición de la compañía sus muebles de segunda mano. En definitiva, se trata de todo un reclamo en forma de reivindicación alternativa y sostenible como respuesta al Black Friday.   

Pero, ¿Cómo funciona el sistema?

En primer lugar, hay que destacar que no hace falta ticket de compra original del mueble que se pretende vender. Los usuarios podrán tasar sus muebles en las tiendas físicas y a cambio recibirán una tarjeta de reembolso Ikea o podrán realizar un intercambio. Los muebles aceptados permanecerán en el Circular Hub -Desván de las Oportunidades- por el mismo valor por el que los usuarios lo han vendido. No obstante, existen algunas condiciones. Por ejemplo: sólo podrán intercambiarse 20 artículos por cliente; los artículos tienen que haber estado o estar dentro del surtido de Ikea y en ningún caso se realizarán tasaciones por encima de los 1.000 euros. Además, por cuestiones de higiene, teniendo en cuenta la circunstancia de pandemia en la que nos encontramos, Ikea solo acepta: estanterías, cajoneras, vitrinas, armarios, escritorios así como mesas y sillas.

El objetivo de la campaña pasa por intentar alargar la vida del mobiliario, potenciar la compra de artículos de segunda mano y apoyar la economía circular. Es por ello que, en 2021 Ikea ha concedido una segunda oportunidad a un total de 1,6 millones de productos. Los muebles de segunda mano son expuestos en las tiendas físicas de la multinacional de forma que todos los clientes tengan acceso a ellos.

Según Mónica Chao, directora de sostenibilidad de Ikea España, “al facilitar el intercambio de muebles de segunda mano, podemos reducir la huella climática que se deriva de la fabricación y uso de nuevos productos y presentar una alternativa de consumo sostenible a nuestros clientes, ofreciéndoles un servicio que impacta positivamente en el planeta y las personas

Reducir la huella de carbono

Ikea, empresa visiblemente concienciada con el cambio climático, enmarca esta estrategia de sostenibilidad en su hoja de ruta para convertirse en un negocio 100% circular y lograr, de esta manera, tener un impacto positivo en el medioambiente. En concreto, Ikea se ha marcado un objetivo real de reducir en un 80% las emisiones que produce en términos absolutos y en un 50% las que proceden de clientes y colaboradores para el año 2030. De hecho, la compañía se plantea reconvertirse en un futuro en un Hub de alquiler de muebles.

A este respecto, la multinacional especifica que los artículos disponibles en el Circular Hub permanente, que es accesible durante todo el año en los grandes almacenes, pueden tener diferentes procedencias: algunos son artículos descatalogados, aunque se encuentren en estupendas condiciones. También se pueden encontrar artículos de segunda mano expuestos durante un tiempo en las tiendas físicas o los que han sido dañados estéticamente pero continúan siendo funcionales.