Iberdrola y la italiana Endesa han rechazado este jueves en el Congreso que el posible cierre anticipado de sus instalaciones nucleares.De hecho, Iberdrola, ha fechado en 2024 el año a partir de la cual las centrales dejarían de ser rentables. Ambas compañías han aprovechado para explicar conuntamente y contextualizar el mensaje lanzado el pasado martes, tras la aprobación en Consejo de Ministros de un decreto ley para recortar los beneficios extraordinarios de las eléctricas y abaratar el precio de la luz.

El director general de Energía Nuclear de la italiana Endesa, Gonzalo Carbó y el director de Iberdrola Generación Nuclear, Francisco López García, han acudido a la Cámara Baja para informar de la actividad en sus instalaciones. Sin embargo ninguno de ellos ha querido ofrecer declaraciones a la prensa ni a su llegada ni a su salida de la ponencia.

No obstante, ambos directivos han recalcado que el comunicado de Foro Nuclear no debía verse como una amenaza, y han tratado de explicar a los diputados su contexto. Además, los representantes de las eléctricas han señalado que medidas como el recorte de ingresos por minoración de los derechos de CO2 o por los sobrecostes del gas natural dificultaría la actividad y podría empujar a la inviabilidad económica de las instalaciones.

Concretamente, el representante de Iberdrola ha fechado que a partir de 2024 o 2025 las instalaciones podrían verse en situación de inviabilidad y, por ello, verse amenazadas por el cierre. En estos momentos, las compañías tienen firmado un acuerdo con el Gobierno para el desmantelamiento y el cierre de sus instalaciones entre 2027 y 2035. Según las compañías, el precio de venta real de la generación eléctrica nuclear debe mantenerse en el entorno de los 57-60 euros/MWh. 

También han estimado de un posible efecto del cierre nuclear, que, según las eléctricas, un aumento de las emisiones de CO2 en 22 millones de toneladas, un 75% de las emisiones del parque móvil, y un incremento del precio de la electricidad en un 20%. Las dos compañías han recibido el apoyo de Vox que ha considerado que este tipo de inversiones demuestran que estas instalaciones no están amortizadas, o prácticamente amortizadas. 

Sin embargo, del lado del Gobierno, tanto del PSOE como Unidas Podemos destacan el largo plazo de actividad de estas instalaciones y además señalan cómo el nivel de rentabilidad aludido demuestra una contradicción en el emblema de la energía nuclear de que es barata y segura. Además el Gobierno  ha recordado que cuando se firmó el acuerdo de cierre nuclear en 2035 el MWh se situaba en 20 euros, y que parte de lo que las empresas encuadran como carga impositiva responde a costes de residuos radiactivos y desmantelamiento por lo que han puesto en duda las estadísticas de la industria respecto al proyecto de ley de minoración de los ingresos por CO2 para las centrales.