Este 2024 ha sido, sin duda, el año de las opas. Con una por encima de las demás, la de BBVA sobre Banco Sabadell. Sin embargo, frente a lo que muchos esperaban, el 2024 va a cerrar sin haber resulto la operación financiera del año. Y tampoco se espera que se cierre en el arranque de 2025. Por lo que parece, y tras las últimas novedades, no se prevé que la opa pase del papel a la práctica hasta, al menos, mediados de 2025.

El interés de BBVA por hacerse con Banco Sabadell se convertía en noticia, por segunda vez en menos de cuatro años, a finales de abril. Concretamente el 30 de abril a mediodía, apenas minutos después de terminar con todas las presentaciones de resultados de la gran banca relativas al primer trimestre del ejercicio. Alrededor de las 14 horas, más concretamente a las 13:47 horas, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) hacía público un documento en el que BBVA, como entidad interesada, comunicaba oficialmente haber enviado una propuesta de fusión al Sabadell.

Una oferta que en ese momento era “amistosa”, ya que se trataba de una propuesta enviada por carta por el presidente del consejo de administración de BBVA, Carlos Torres, al presidente del consejo del Sabadell, Josep Oliu. La noticia sorprendía a muchos -casi de macropuente por ser festivo el 1 y el 2 de mayo en Madrid- en el que fue el segundo intento de fusión entre las entidades. Y es que ya en noviembre de 2020, en plena pandemia de coronavirus, las entidades ya intentaron por primera vez unir sus negocios, finalmente sin éxito

Lo que se presentó como una fusión amistosa en la mediodía del martes 30 de abril recibió una respuesta negativa por parte de Banco Sabadell apenas días después. En una serie de reuniones convocadas y celebradas de forma exprés, el consejo de administración de Banco Sabadell rechazó la oferta del BBVA para fusionarse por considerar, en su momento, que la propuesta enviada a Oliu “infravaloraba” a la entidad alicantina. Ya a primeros de mayo, el banco alicantino -con una importante historia catalana- aseguraba que observaba más potencial de crecimiento en solitario que unido a un banco como el BBVA que, además, “infravaloraba” el banco objeto de interés.

De fusión "amistosa" a opa "hostil" en unos días

BBVA no tardó en reaccionar al no de Banco Sabadell a la fusión y, manteniendo su objetivo, lanzó una oferta pública de adquisición (opa) sobre el negocio del banco alicantino el 9 de mayo, apenas diez días después de ofrecer una fusión “amistosa”. Un segundo intento que el consejo de Sabadell, con Oliu a la cabeza, entendió esta vez como “hostil”. Y es que Sabadell ya les había dicho que no al primer intento de fusión propuesto por carta el 30 de abril. Desde entonces, la cúpula de Sabadell no ha dejado de repetir que se trata de una opa “hostil” sobre la entidad.

A partir de este momento empezaron a aparecer los cruces de acusaciones y argumentarios que han convertido a la opa BBVA-Sabadell en la operación financiera del año o, al menos, en el intento de llevar a cabo la operación financiera del año. Por un lado, Banco Sabadell se ha mantenido en su posición contraria a la opa en todo momento. Uno: por considerarla “hostil”; dos: por asegurar que la proyección de crecimiento del banco en solitario es mayor que con la unión con BBVA; tres: por asegurar que la oferta presentada por el pez grande “infravalora” al pequeño.

Sabadell ha mantenido en todo momento que su intención es proteger los intereses del banco, de sus accionistas y también de la economía en general. En el segundo caso, los propios accionistas minoritarios del Sabadell se han unido para agruparse y protegerse contra la opa “hostil” del BBVA. En el tercer impacto, sobre la economía española, Sabadell tiene de su lado a prácticamente todo el sector sociopolítico. Desde el Gobierno hasta los sindicatos mayoritarios, pasando incluso por patronales y asociaciones empresariales que han alertado en esta segunda mitad del año del impacto que tendría una operación así sobre la economía española, especialmente sobre las pymes.

¿Qué falta para materializar la opa del año?

En el otro lado, BBVA sigue inmerso en su objetivo de hacerse con el Sabadell y, casi en el cierre del año, parece seguir manteniendo la confianza en el éxito de la operación. Solo en dos ocasiones el consejero delegado de la entidad, y segundo de Carlos Torres, Onur Genç, ha planteado la opción -de forma pública- de retirar la oferta en caso de que finalmente la operación no salga rentable. Mientras tanto, el banco confía en obtener el visto bueno de los reguladores que todavía no lo han dado, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), a día de hoy en proceso de estudio, precisamente por haber observado en un primer análisis un posible impacto negativo de la operación sobre las pymes españolas.

No obstante, si la operación tuviera finalmente el visto bueno de ambas entidades regulatorias le faltaría pasar un último trámite, necesario e imprescindible, y es el visto bueno de los accionistas del Sabadell a la operación. Son estos los que tienen la última palabra en el éxito o el fracaso de la operación. Y no se trata de una palabra, sino de una acción: decidir si aceptan la oferta del canje de acciones que les ofrece BBVA por sus títulos como accionistas del Sabadell o si, por el contrario, prefieren quedarse con sus acciones del banco alicantino como hasta ahora para mantener la independencia del banco.

Los planes de BBVA se retrasan

Muchos de los accionistas del Sabadell ya han dejado más que clara su opinión en contra de la opa durante la segunda mitad del 2024 y no parece que su opinión vaya a cambiar en 2025. Y es que consideran, al igual que la cúpula, que la oferta presentada por BBVA sigue “infravalorando” el banco alicantino. De hecho, las acciones del Sabadell se han revalorizado a doble dígito este ejercicio, especialmente tras el lanzamiento de la opa hostil del BBVA.

El retraso en la operación más allá de lo previsto por los protagonistas de la opa -en un primer momento se esperaba que los accionistas pudieran dar su opinión incluso en el cierre de este 2024- parece que va aumentando las perspectivas de fracaso de la operación. Por su parte, BBVA ha sacado la artillería pesada y ha lanzado, en los últimos meses del año, una campaña publicitaria dirigida directamente a convencer a los accionistas del Sabadell del impacto positivo de la operación, y posterior fusión de los bancos.

Tanto en marquesinas de autobús como en redes sociales o en la propia televisión hay multitud de anuncios en los que “los accionistas de BBVA” mandan un mensaje para convencer a “los accionistas de Banco Sabadell” de que la unión de ambos bancos es la mejor solución para la entidad. Habrá que esperar a que llegue el momento en el que los accionistas del Sabadell tengan que decidir si venden sus acciones o no al BBVA, si es que llega este momento. Pase lo que pase, pasará ya en el 2025.