El Gobierno incluye en la denominada 'Agenda del Cambio' la implantación gradual del sistema de cuentas individuales de capitalización para la movilidad a través de la creación del fondo correspondiente, conocido como 'mochila austriaca', a partir del próximo año, así como la simplificación y reordenación del menú de contratos a tres fórmulas: indefinido, temporal estructural y formativo.

La 'mochila austriaca' es un sistema de capitalización en el que la empresa está obligada a abonar un porcentaje del sueldo del empleado en una cuenta bancaria, que además genera intereses y de la que el trabajador no puede disponer libremente. De esta manera, en caso de despido, el trabajador podría disponer de estos fondos. O bien acumularlos de cara a su jubilación para complementar su pensión. En Austria, país donde se puso en marcha este sistema por primera vez, este dinero no está sujeto a impuestos. En el caso español, se podría disponer de estos fondos además en el caso de despido improcedente, movilidad geográfica o actividades de formación. Aún así el Gobierno quiere someterla al criterio de sindicatos y patronal, representados en la mesa de diálogo social

Este sistema tiene habitualmente dos críticas: por un lado, que encarece los costes por trabajador, al tener que aportar una cantidad extra por empleado. Y por otro, que penaliza menos al despido, al haber diluído su coste mediante los ingresos mensuales y cuando el despido es un mecanismo de ajuste empresarial del que se abusa especialmente en España. 

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ya creó una comisión para estudiar la implantación de este sistema en España. Una de sus conclusiones fue que el coste de transición de nuestro sistema actual a uno como el austríaco sería inasumible sin llevar a cabo una drástica reducción de las indemnizaciones legales por despido actualmente existentes. Y en todo caso, la transición debería hacerse de manera progresiva, respetando los derechos adquiridos  y aplicándolo solo a las nuevas contrataciones.

En la 'Agenda del Cambio' también se incluye la derogación de los aspectos más lesivos de la reforma laboral de 2012, impulsar la lucha contra el fraude laboral y la simplificación y reordenación del menú de contratos de trabajo a tres fórmulas contractuales: indefinido, temporal estructural y formativo. A su vez, se contempla la revisión del sistema de prácticas no laborales en empresas y reconducir a los titulados con estudios finalizados a los contratos laborales en prácticas. Simplificar y reducir la carga burocrática de los contratos de formación y aprendizaje y acercar los centros formativos a las empresas en colaboración con los agentes sociales y las comunidades autónomas es otra de las metas.