Unas declaraciones de la secretaria de Acción Sindical del sindicato Comisiones Obreras (CCOO), Mari Cruz Vicente, afirmando que Gobierno y sindicatos tenían un preacuerdo para revertir la reforma laboral del PP, al margen de los empresarios (representados por la CEOE); saltaron inmediatamente a portadas y agencias de noticias en el día de ayer. Sin embargo, UGT negaba que hubiera tal acuerdo a espaldas de uno de los interlocurtores de la Mesa de Diálogo Social, el Ministerio de Trabajo ni desmentía, ni confirmaba y en la CEOE, sin estar seguros de qué estaba pasando, emitieron un comunicado mostrando "sorpresa, indignación y preocupación ante los anuncios realizados hoy por CCOO". Los empresarios criticaban que no se les hubiera informado previamente "de este acuerdo bilateral y que lo hayan conocido a través de los medios de comunicación"

Y es que a excepción de ElPlural.com, que contactó con Trabajo y UGT, el resto de medios daban por hecha la existencia del preacuerdo.  CCOO, en respuesta a la llamada de este diario, se limitó a remitir a una nota de prensa posterior, donde las palabras de Mari Cruz Vicente ya tenían un pequeño matiz, usando las palabras de Fernando Lezcano, secretario Confederal de Organización del sindicato, negando que hubiera un acuerdo, “sino papeles que para ser tal han de llevar la firma del Presidente del Gobierno y los secretarios confederales de CCOO y UGT”. 

El matiz no fue suficiente para el líder del Partido Popular (PP), Pablo Casado, que ua arremetió contra Gobierno y sindicatos, hablando de "suicidio para la economía" e "insulto a los parados". Así que el secretario general de CCOO, Unai Sordo, tuvo a que salir a desmentir el preacuerdo y a responder a las palabras de Casado vía Twitter. 

Sin embargo, la desconfianza creada ayer prosigue hoy. Y el nuevo presidente de los empresarios, Antonio Garamendi aún daba algo de credibilidad al preacuerdo, pese al uso del condicional: "Si es cierto, atenta contra la propia negociación y el propio diálogo social". Y, dando por hecho el preacuerdo, acusaba al Gobierno de parcialidad: "si el árbitro ha estado hablando con tu rival antes de empezar el partido, pues estás acabado, porque eso no es diálogo social".

De nada vale que Pepe Álvarez, secretario general de UGT, haya salido hoy a desmentir en RNE la existencia del preacuerdo: "No es cierto que el Gobierno haya tenido una relación bilateral con las organizaciones sindicales", ha insitido. "No ha habido mesas particulares entre sindicatos y Gobierno, todo se ha hecho con luz y taquígrafos".