Cáritas ha publicado el resultado de su investigación “La crisis de la Covid-19. El primer impacto en las familias acompañadas por Cáritas”, realizada durante el mes de mayo para conocer el impacto de la crisis sanitaria y económica del coronavirus en los hogares a los que presta ayuda en todo el territorio nacional.

El estudio demuestra que la crisis sanitaria "se ha convertido en solo unas semanas en una crisis de hondo calado social”, asegura la ONG. “Las medidas de ralentización de la actividad económica y de confinamiento, que en España han sido especialmente estrictas, han tenido graves efectos sobre la vida diaria y sobre la actividad laboral y empresarial”, reza el informe.

En cifras, la investigación pone en relieve la fuerte subida del desempleo por el impacto de la pandemia para la población acompañada por Cáritas, con un aumento del 20%. El incremento del paro es ocho veces superior entre la población más vulnerable, que alcanza una tasa de paro del 73%.

Por otro lado, Cáritas asegura que el 30% de los hogares no dispone de ningún ingreso en este momento, es decir, 450.000 personas de los beneficiados por la ONG. En el caso de las familias con ingresos, estos se han reducido en un 33% desde el inicio de la crisis, con la caída más importante en los ingresos por empleo formal, casi al 50%, y por el empleo informal, un 70% menos.

La pobreza severa aumenta un 30%

Esto provoca un fuerte aumento de la pobreza relativa y la pobreza severa. En este último caso, la pobreza severa ha aumentado un 30% y afecta a 1 millón de personas entre las familias de Cáritas. Es decir, 1 millón de personas vive con menos de 370 euros mensuales. Las consecuencias de esta situación aparecen en los problemas para llevar una dieta adecuada o en la compra de medicamentos.

Desde el punto de vista de la vivienda, más de 700.000 personas residen en hogares que no disponen del dinero suficiente para poder pagar la vivienda y los suministros. Es más, el 24% de las familias podría verse obligada a abandonar su vivienda a corto plazo, “ya sea por desahucio o por tener que buscar otra con costes aún más reducidos”, asegura Cáritas.

Por otro lado, la crisis ha dificultado la convivencia y la conciliación de la vida laboral y familiar, aumentando los conflictos en un 19% y la imposibilidad de compatibilizar la actividad laboral con el cuidado de personas dependientes en un 18%.

La crisis del coronavirus también ha tenido un fuerte impacto en la educación y en la brecha digital de los hogares, donde el 30% reconoce haber bajado el rendimiento escolar por las dificultades para tomar clases desde casa, ya sea por no disponer de dispositivos electrónicos y conexión a internet o por dificultades personales.

De hecho, más de 200.000 personas que residen en el 14% de los hogares acompañados por Cáritas no cuentan con conexión a Internet y el 46% no tiene habilidades para realizar trámites administrativos por esta vía, asegura el informe. Esto ha provocado que el 30% haya perdido oportunidades de empleo y el 25% no haya podido acceder a determinadas ayudas de las administraciones públicas.

De cara al futuro, Cáritas observa “más incertidumbre que nunca”. “La realidad inestable e insegura en la que se desarrolla la vida cotidiana de muchas de las familias acompañadas por Cáritas, junto con la incertidumbre añadida por la crisis, han provocado que la preocupación y el miedo hayan ganado posiciones de cara al futuro próximo”, reconoce la ONG.