Desde la dimisión de Rodrigo Rato al frente de Bankia hace dos semanas, todas las fuentes financieras apuntaban a la salida de Olivas, que, como ya contamos en ELPLURAL:COM,  enfrenta actualmente una demanda de la Junta de Accionistas de Banco Valencia contra él y otros altos cargos por su responsabilidad en la quiebra de esta entidad.

Empresas de amigos de Aznar
La razón de esta demanda, según desvelamos entonces, estaba en el perfil muy peculiar que con Olivas había tomado el Banco de Valencia, filial histórica de Bancaja, en la adquisición de empresas, muchas de las cuales pertencían a socios y ‘amigos’ del propio banco. Por ejemplo, el Banco de Valencia había comprado en los últimos años compañías de los empresarios valencianos Eugenio Calabuig y Lucas Romaní –amigo de la infancia de Aznar-, o del exministro y exmilitante socialista Antoni Asunción. Esto había provocado que en la junta general de accionistas del banco de 2011 un grupo de pequeños inversores pidieran la palabra para preguntar a Olivas, por las extrañas compras que realizaba la entidad.


¿Cómo se gestó la llegada de Olivas al poder financiero valenciano?
Cuando en 2002, Zaplana, entonces presidente de la Generalitat, fue requerido por José María Aznar para ministro de Trabajo, aquel, en una reunión en su despacho de la Generalitat, convocó a sus colaboradores más cercanos: los dos vicepresidentes del Consell, José Luis Olivas y José Joaquín Ripoll, y Francisco Camps, delegado del Gobierno.


La pregunta de Zaplana
En ese encuentro Zaplana decidió que Olivas sería presidente de la Generalitat hasta las elecciones de 2003, momento en que Camps se convirtió en el candidato a la presidencia del Gobierno valenciano. Testigos de la reunión cuentan, según narró el periodista Josep Torrent en El País, que Zaplana preguntó a Olivas: "¿Qué te gustaría ser?", a lo que el hasta hoy mandamás de Bancaja respondió: "Presidente de una institución financiera valenciana".

Mayor control político sobre las cajas
Zaplana ya había reforzado el poder político del PP sobre las entidades financieras, desde que en 1997 cambiara la ley de cajas de ahorros aumentando la representación política en la asamblea de esas entidades desde un 35% hasta un 50% . Para ello alegó que los cargos públicos elegidos democráticamente debían tener más peso en los órganos de dirección.

Financieras de la Generalitat
En el origen del declive de las cajas valencianas, no solo de Banco Valencia, sino también de Caja del Mediterraneo (CAM), igualmente intervenida, y la propia Bancaja, absorbida por Bankia y en una pésima situación, está el control político sobre estas entidades por parte del PP, que las usó a su antojo para financiar macroproyectos de la Generalitat como el parque temático de Benidorm Terra Mítica, la Ciudad de las Artes y las Ciencias en Valencia, la Ciudad de la Luz en Alicante, o la sociedad que explota el circuito de Fórmula 1. Estas entidades, además, quedaron atrapadas en el modelo del ladrillo por el que apostaron los gobiernos populares todos estos años, especialmente en la Comunidad Valenciana.

¿Quién sustituirá a Olivas?
El actual número dos de Olivas en Bancaja, Antonio Tirado, se perfila como el nuevo presidente, a pesar de ser uno de los altos cargos de Banco de Valencia contra los que la Junta de Accionistas ha presentado una demanda por su mala gestión y su responsabilidad en la quiebra de esta entidad.