Según el último Real Decreto Ley publicado en el BOE, 4.220 millones de euros incluidos en el plan de rescate para España irían destinados a estos sectores: hostelería, turismo y comercio. Además, el Gobierno prevé otra serie de medidas como una rebaja en la factura fiscal, exoneraciones en el pago de las cuotas de la Seguridad Social o nuevos avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO).

Sin embargo, el sector de la hostelería, uno de los más afectados por los efectos del virus, considera insuficiente la propuesta del Ejecutivo. Concretamente Hostelería de España, que representa a 300.000 empresas, sigue demandando ayudas directas, similares a las que se han tomado en otros países europeos.

La falta de ayudas directas en el plan del Gobierno es incomprensible teniendo en cuenta lo aprobado en otros países de Europa, donde el peso del sector turístico es mucho menor en el PIB o en generación de empleo en comparación con España. Alemania ya ha puesto en marcha ayudas directas de más de 10.000 millones de euros, además de haber aprobado importantes reducciones del IVA y medidas de fomento a la demanda y Francia se suma al apoyo específico del sector y además de aprobar bonos al consumo, también concede ayudas directas por un importe de 10.000 euros por establecimiento”, asegura la asociación.

De hecho, desde el sector se calcula que únicamente en el mes de diciembre se habrán perdido unos 6.000 millones de euros; se prevé que puedan llegar a perderse hasta un millón de empleos y se produzca el cierre de 100.000 establecimientos a finales de 2020. En cifras generales, José Luis Yzuel, presidente de Hostelería de España, considera que podría “desaparecer el 40 por ciento del sector”, por ello, solicitan, entre otras medidas al Gobierno, prorrogar los ERTEs hasta el mes de junio de 2021. Actualmente el Ministerio de Trabajo y Economía Social contempla el 31 de enero como fecha límite.

El peor año para el turismo

Respecto al turismo, España cierra su peor año en medio siglo con caídas de hasta el 80 por ciento en el sector. Alrededor de 20 millones de turistas extranjeros han llegado este año a nuestro país, una cifra irrisoria si se compara con los 84 millones de turistas que visitaron España en el 2019. De la misma manera los españoles tampoco hemos salido de nuestras fronteras, de hecho, según los datos recogidos por el INE: “El turismo con destino al extranjero es el más afectado, con caídas del 79,3 por ciento en viajes, del 79,9 por ciento en pernoctaciones y del 86,5 por ciento en gasto”. Un hecho que afecta especialmente a las agencias de viajes.

En definitiva, 2020 cerrará, tal y como asegura el INE y Exceltur, con una facturación de 46.000 millones de euros, es decir, 110.000 millones menos que en 2019. Se trata, sin duda, del sector más golpeado por los efectos del Covid 19. El motor de la economía española ha pasado a representar el 4 por ciento del PIB en este 2020, lo que se traduce en la quiebra de miles de empresas y la pérdida de cientos de miles de empleos.

Un dato significativo es que el mes que ha registrado el mayor descenso en el número de viajes ha sido septiembre, con una caída del 32,3 por ciento, seguido de julio, con un descenso del 27,2 por ciento y agosto, con un 17,3 por ciento. Es decir, lo que hasta ahora se consideraba como la ‘temporada alta del turismo’ en España pinchó, siendo el escaso turismo nacional la taba de salvación para una pequeña parte del sector.

El comercio: la resistencia frente a la pandemia

Para finalizar, el comercio se postula como el bloque de la resistencia durante este periodo de  pandemia. Sin embargo, pymes y autónomos hacen malabares para conseguir mantenerse a flote. Según los índices de comercio al por menor aportados por el INE, la caída promedio de las ventas a precios constantes del sector entre enero y septiembre ha sido del 8,5 por ciento. Un dato elevado si se tiene en cuenta que el comercio minorista genera el 5,2 por ciento del PIB en España, el 10 por ciento del total de empleos y el representa el 58,2 por ciento del comercio en nuestro país.

La cifras negativas han incidido especialmente sobre el comercio ‘de barrio’. De hecho, ni el Black Friday ni la campaña de Navidad han reportado al sector los beneficios esperados. Entre los meses de marzo y abril, las ventas del comercio minorista se desplomaron hasta en un 20 por ciento. Con la flexibilidad de las medidas tras el periodo del confinamiento más estricto, algunos de los pequeños comerciantes han podido ir remontando las ventas, especialmente en la Comunidad de Madrid, la menos afectada de todas. Además, desde que el Covid-19 comenzara a golpear con dureza a las pymes, las redes sociales apostaron por apoyar al sector, promocionando las compras en el comercio de proximidad. Algunos de las campañas más sonadas apoyan lemas como “Levantar una persiana, es construir un país”, con el objetivo de colaborar al consumo local y a los comerciantes en su día a día.

Pero la realidad es que en la recta final del año, casi 500.0000 trabajadores que pertenecen a las actividades del turismo, hostelería y comercio siguen en la situación de ERTE relacionado con el SARS-CoV-2. A través de decretos y con la llegada de la vacuna, el Gobierno pretende aliviar la presión que persiste sobre estos sectores para que puedan mantener una cierta  viabilidad y evitar el cierre total a toda costa.

La esperanza de que la situación sanitaria mejore así como las toma de decisiones coherentes en las medidas frente a los contagios por el Covid 19 a inicios de este 2021 será la clave para salvar o acabar de rematar a los tres pilares que sustentan nuestro país.