Desde la Audiencia Provincial de Madrid se ha ratificado tres meses de cárcel para el consejero delegado y el director técnico de la empresa de tratamiento de aguas Tramassa SL por no ofrecer la formación necesaria y no advertir del peligro que corría un trabajador que falleció mientras extraía una lámpara ultravioleta.

En la sentencia del pasado 14 de marzo, el tribunal confirmaba de forma íntegra el fallo del Juzgado de lo Penal Número 16 de Madrid, que especifica un relato sobre los hechos producidos en la base militar de San Pedro, en el municipio madrileño de Colmenar Viejo, donde se sitúa el centro militar de farmacia de la Defensa.

En esa ubicación, se elaboran las medicinas para el Ejército español utilizando agua purificada que se guarda en tanques y equipo a presión que está formado por lámparas ultravioletas situadas en el eje de un cilindro de acero que contiene en su interior el agua a presión la cual circula por la lámpara.

El pasado octubre de 2017 se produjo una avería en el taller, el trabajador, que en aquel momento era el jefe de taller de la empresa, asistió a repararla. Para ello, se requería extraer la lámpara de tal forma que conociese sus características, pudiese tomar la medida e identificarla para su posterior sustitución.

Un fallo en el manguito 

En relación con este hecho, el trabajador hizo todo lo posible por desmontar el sistema eléctrico de la lámpara  desatornillando la base de la misma. En ese momento, se produjo la ruptura de un manguito y la presión del agua ocasionó que la lámpara saliese despedida, impactando en el pecho del operario y provocándole la muerte en el acto.

Según se ha detallado en la sentencia, el fallecido no disponía de la formación necesaria para llevar a cabo tareas de mantenimiento en lámparas UV y a ello se suma, que no fue informado del peligro que suponía extraer la lámpara sin detener el sistema.

A todo ello se suma que, el consejero delegado y director técnico de la empresa incumplió “su obligación  de garantizar la seguridad del trabajador”, no habiendo realizado la evaluación de riesgos del trabajo de mantenimiento de la lámpara UV. Incluso, no se facilitó al trabajador la información “necesaria sobre el modo de hacer el trabajo con seguridad”.

El directivo debía trasladar al operario  "que antes de las operaciones de mantenimiento se debía apagar y desconectar la alimentación eléctrica y antes de comenzar operaciones sobre lámparas UV tenía que desconectar el equipo". Es por eso que, añade el fallo, puso "en peligro grave al trabajador, lo que desembocó en el accidente descrito".