Por supuesto, ver a otros batir récords en los videojuegos no es nada nuevo. Nosotros nos pasábamos también horas en los billares [en las maquinitas, decían nuestros padres] tratando de aprender los trucos de los viciosos del pac-man, los asteroides, las moscas y los space invaders [mi especialidad era el Phoenix, reventaba todos los récords siempre gracias a un bug del juego que hacía que si en una pantalla determinada –la segunda de la segunda plataforma- matabas tres pájaros seguidos, te sumaba doscientos mil puntos de golpe. Pero sin ese truco también hacía más pantallas que nadie, que conste].
La diferencia es que ahora, los récords no se quedan en el disco duro de una máquina de un bar o unos recreativos, sino en Internet. Y estos mozos no juegan con cuatro detrás mirando por encima del hombro, sino con millones, literalmente: Pewdiepie [hola, sólo soy un chico sueco al que le gusta reír y hacer reír a otra gente. Compartiendo momentos de gaming… reza su bio] tiene más de 19 millones de suscriptores y más de 3.100 millones de visualizaciones!!! El siguiente en la lista es Sky Does Minecraft con 7,3 millones de suscriptores y 1.400 millones de visualizaciones. El tercero en discordia, TheSyndicateProject, alcanza los 6,4 millones de suscriptores y 1.100 millones de visualizaciones.
Por si alguien quiere hacerse una idea, el Real Madrid y el Barcelona tienen 9,7 millones de followers en Twitter; Kobe Bryant, 4; el Manchester United, 1,6; y los Giants de New York medio millón… He puesto estas cifras, porque las de Youtube son de risa: los merengues tienen 1 millón de suscriptores y 131 millones de visualizaciones [las cifras del Barça son muy similares]…
La cuestión es: qué están haciendo las grandes marcas, los grandes patrocinadores??? Nada. Absolutamente nada.
Seguimos empeñados en hacer campañas con gente tan sosa, tan fría, tan lejana del público como Messi o Cristiano Ronaldo, que por cierto están muy lejos de ser el role-model que yo quiero para mi hijo, por ejemplo.
Tenemos delante de nuestras narices la clave de la promoción de productos y servicios del presente [ya no es del futuro] y ni coca-cola, ni red bull, ni telefónica ni nadie lo está aprovechando.
Lo que demuestra, una vez más, que gestionar la comunicación y el marketing desde un despacho no es un error, es un anacronismo. Salgan a darse una vuelta, señores, que los tiempos cambian que es una barbaridad y ustedes están a por uvas.
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