La periodista y escritora Pilar Eyre conoce perfectamente los entresijos de los Borbones, sus relaciones con Franco y con el Franquismo, y tiene una gran capacidad para analizar la actualidad de la prensa rosa. De ahí su blog en la revista Lecturas titulado "No es por maldad", en el que en el último número de la revista se ha centrado en contar la nueva vida del rey emérito Juan Carlos I de Borbón.

Según se afirma en el blog de la revista, Juan Carlos I ha trasladado su residencia a la ciudad gallega de Sanxenxo y, aunque unos dicen que vive en unos camarotes en el Club Náutico destinado a los capitanes, otros aseguran que tiene una habitación propia en la casa de su gran amigo y presidente del club, el armador Pedro Campos, muy cerca del Náutico. "Allí, los Campos y los suyos, que lo conocen desde hace muchos años, sontan fieles que aceptan los gastos onerosos que representa tener al abdicado rey como huésped sin una sola queja", argumenta la periodista, añadiendo: "Cuando tiene una comida, siempre le sientan al lado a una señora, con la que el rey ríe y a la que piropea sin freno".

Lo que si es seguro es que el Palacio de la Zarzuela se llegó a convertir "en una prisión siniestra y hostil, en la que no soportaba estar más de un día", así lo comenta Pilar Eyre. Palma es territorio de su mujer, y Barcelona se ha quedado únicamente para sus revisiones médicas y retoques estéticos. Es por eso que Sanxenxo se ha ido ganando puntos para convertirse en el retiro del rey emérito.

Desde su abdicación, fue su hijo Felipe VI quien ocupó su despacho en el Palacio de la Zarzuela, quedando así relegado a uno, sin calefacción, en el Palacio Real. "Encontrarse por los pasillos con los visitantes de su hijo, que no saben muy bien cómo dirigirse a él, le resultaba muy humillante e influía en su estado de ánimo, que tiende a depresión, como han contado algunos amigos de don Juan Carlos", comenta Eyre en su blog.

La periodista también escribe sobre la falta de apoyo tras la muerte de su hermana, la infanta Pilar de Borbón: "La muerte de su hermana Pilar, con la que hablaba todos los días por teléfono, ha sido un mazazo considerable y su anfitrión y su nuevo círculo sanxenxino le ha servido de consuelo. ¡Lo que no ha hecho nadie de su familia!". Pilar Eyre llega ha detallar las relaciones familiares: "Ni su mujer, con la que no tiene trato y, si se ven, solo intercambian palabras airadas. Ni su hijo Felipe, ocupado en lidiar con un país difícil y una mujer con mucha personalidad".