Se dice que, si a una rana la metes en agua fría y calientas el agua poco a poco, muere en unas horas sin quejarse, pero si la metes de golpe en agua hirviendo, salta inmediatamente de la olla.

A los españoles nos están calentando el agua económica y política muy poco a poco. Nos movemos inquietos en un agua a desconocida temperatura, pero nadie sale a decir algo serio sobre el peligro de que nos cozamos casi todos.

Hay una sensación entre los ciudadanos de que algo hay que decir, pero que otra cosa es hacer.

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