Quizá intentar censurar Internet es querer ponerle puertas al campo, pero por ahora China va ganando la partida. Sobre todo a raíz de la reciente reforma sobre su ley de (lo que su gobierno llama) ciberseguridad, que criminaliza toda información online que el Partido Comunista considere perjudicial para lo que denomina “honor nacional”, consagrando el derecho del Estado a espiar a cualquiera que se conecte a red mundial de datos. La reforma se ha aprobado justo cuando el número de internautas del país asiático ha subido a 731 millones, el doble de la población de Estados Unidos. Restringe el acceso de las compañía de telecomunicaciones internacionales a operar en China, al exigirles que guarden todos los datos recopilados en China en servidores ubicados en el país, y que presten "apoyo técnico" a las fuerzas de seguridad y se sometan a revisiones de seguridad nacional.

Control sobre las VPN, la única vía de escape

Por otro lado, la reforma, y esta es su medida más sonada y criticada ya por organizaciones pro derechos humanos como Human Rights Watch también niega a las empresas nacionales la posibilidad de competir en el ámbito global, y limita el acceso a las redes privadas virtuales (conocidas como VPN) que permitan saltarse la censura, conectando de forma segura a Internet a través de ordenadores con un usuario y contraseña propios, lo que las hace impermeables al control del gobierno chino. A partir de ahora, todas las empresas que ofrezcan este tipo de servicios en el territorio chino tendrán que solicitar un permiso gubernamental.

Mayor control sobre los medios de comunicación

Así, Beijing viene configurando el conocido como "gran cortafuegos de China", el aparato de censura gubernamental, que limita la red, en su territorio, a ser una especie de gran intranet, preservada de injerencias externas y controlada en lo que publica. Y es que esta reforma mencionada refuerza además el control sobre los medios de comunicación, tanto nacionales como foráneos, en un país que, según Greatfire.org, bloquea 135 de las 1.000 páginas web más populares de la red.