Una  charada, es un enigma, genuinamente planteado como juego de palabras. En la famosa película, que dirigió en 1963 Stanley Donen, Reggie Lampert (Audrey Hepburn), relata a una mujer americana que reside en París y que se ve envuelta en una intrincada historia, que llevan a cabo los ex-compañeros de su marido asesinado, que quieren recuperar una cuantiosa cantidad de dinero. Para salir del embrollo contará con la ayuda de varios personajes, entre ellos la mismísima CIA. Es un acertijo audiovisual, que el personaje del propio Cary Grant interpreta como un enigma a descubrir por el resto de personajes y por el espectador y que va saltando de una escena a otra, evitando  ser descubierto.

Los acontecimientos relacionados con el PP y el caso Bárcenas, vienen describiendo una Charada, con la virtualidad de que el enigma se va desvelando, al tiempo que los elementos que hay que descubrir o los tapados que se ven amenazados, son integrantes de la vida actual, personajes de carne y hueso, habitantes de un país llamado España. Especialmente, el giro que han empezado a dar los acontecimientos más recientes, con el ingreso en prisión del protagonista estelar, por el momento, y las preocupaciones naturales, por otro lado, de los que todavía no figuran entre los implicados, imputados o incluidos en las prácticas poco ortodoxas, salvo a nivel de listados o apuntes de contabilidades hechas públicas a través de los medios de comunicación, que esperan su momento de saltar al estrellato. Algunos se sienten acosados, señalados, descubiertos y tienen pánico a que esto avance. Se quejan de estar desamparados, poco defendidos o abandonados a su suerte, lo que puede desvelar su proximidad con lo acontecido y cuya heterodoxia puede llevarles a serios problemas por su atrevimiento.

Pero, insistiendo en el procedimiento, todo parece una gran charada. Al principio Bárcenas no tenía nada que ver con la trama Gürtel. Avanza la investigación y se alcanza otro momento en que Bárcenas se concibió como un brazo, una derivación de aquél. Ahora ha dado la vuelta y se convierte en una parte principal y Gürtel es un brazo, ahora. Todavía no sabemos las piernas de quién son. Si parece claro que los que afirman que no tienen nada que ver, no necesariamente dicen verdad, incluso, casi es seguro que no es cierto lo que afirman, al parecer. Y la charada se sigue construyendo. No tendrá demasiada importancia cuando esté completa. Entonces todo será muy fácil, obvio. Ya se sabrá, entonces, quién o quienes se han llevado los euros de todos los españoles y se habrán aclarado las marranerías que han sido capaces de hacer. No nos debe importar a los españoles que unos cuantos se hayan embolsado lo que era de  todos sin pedir permiso para ello, según algunos, seguramente implicados en esta o en otras parecidas, todavía no descubiertas. La gracia de esto podría ser la de avanzar hoy el final, indicando por donde van a discurrir los acontecimientos, pero hoy, ahora, no cuando todo esté resuelto. Y nada mejor que incluirlo en una charada, otra, de las muchas que se han construido, sin decirlo. Lo más probable es que la respuesta vaya en la dirección que todo el mundo barrunta, aunque los interesados se ocultan, creen que con éxito hasta el momento, pero va siendo un secreto a voces.

Dos-tercios es por las noches,


si te excedes pondrás broche,


como si una juerga fuera,


y las sepulturas llenas.


La prima donde convida


vino, cerveza o bebida


café con una tostada


o una picoteada.


Y  cuando todo se aclare, probablemente no se escape, por más que se resista,

 

La prima es una mitad


y podría ser fisura,


y también una abertura


restando cuatro a rajada.


La segunda es una joya,


si le quitas una alfa,


y un secuestro tu perpetras


para dejarla en tres letras.


Seguramente se podrán formular muchas más charadas conforme vayamos avanzando. Otros se incorporarán, otras tramas aparecerán, otros protagonistas hoy tapados, aparecerán, otros escándalos se levantarán. Más charadas se gestarán. Lo que es el guión final, está todavía por ver. Todos se esconden, y algunos lo hacen con muchas eficacia y no es nada fácil que aparezcan en escena. Todo se andará. La Charada es la charada.

Alberto Requena es presidente del PSOE en Murcia