“Quien se miente y escucha sus propias mentiras llega a no distinguir ninguna verdad, ni en él, ni alrededor de él”. Esta cita resume a la perfección lo que puede llegar a ser una fake news; es decir, una noticia falsa.

Desde hace ya tiempo, este término se ha introducido en nuestro vocabulario y en nuestra realidad pero ¿qué es una fake news? Ha esta pregunta responde Marc Amorós en su libro Fake News, la verdad las noticias falsas y, para ello, ha contado con la ayuda del periodista Jordi Évole que ha lo largo de su carrera nos ha abierto los ojos en varias ocasiones demostrándonos lo sencillo que es convencernos de que una cosa ha ocurrido cuando es completamente mentira. Solo porque lo vemos en la prensa, lo damos por cierto, sin preguntarnos nada más. Lo mismo ocurre con los periodistas.

Hace no mucho, Salvados nos puso antes nuestros ojos la historia de una mujer que se presentó en una administración de Lotería con una bolsa llena de papeles rotos que eran lo que quedaba de un boleto premiado en Navidad. Todo el mundo lo dio por cierto y llenó titulares y minutos en telediarios.

“¿Por qué se lo tragaron? Porque el periodismo ya padecía de males que sigue padeciendo hoy: escasez de medios, prisa, competencia feroz, dictadura del clic…una concatenación de males que tenía (y siguen teniendo) una víctima principal, el rigor”, dice Jordi Évole en el prólogo de este libro.

Nadie comprobó que la noticia fuera cierta, que la señora contaba la verdad, simplemente “lo vieron, lo oyeron, les gustó la historia y la publicaron”. Esto es un ejemplo perfecto de una fake news.

Cuanta más información, más fake news

Las fake news nacen en la época de la abundancia de información y, esto, es una gran paradoja. Porque sí, en el momento que más fácil es que una persona busque y encuentre información, cuando más medios existen, cuando el acceso a Internet es casi generalizado y contrastar está a golpe de teléfono o de un clic, florecen las informaciones falsas.

Precisamente por eso, porque al haber tanto, es más fácil colar informaciones de mala calidad o, incluso, inventadas.

Otro ejemplo de fake news que mueve conciencias, también relacionado con Évole, fue el famoso falso documental operación Palece. En él, el periodista se inventó una historia alternativa al 23F. “Mucha gente se creyó que lo que contamos era cierto”, recuerda Évole.

Y esta es la clave según Amorós, el autor del libro: las fake news se propagan tanto y tan rápido porque la mayoría de las personas podemos llegar a creérnosla o bien por que nos gustan o bien porque no nos paramos a pensar. Es así de fácil. Ahora hay que recordar que los que las crean saben este pequeño detalle y por eso se aprovechan de ello.

Y la lista es larga y conocida: la falsa foto de la muerte de Hugo Chávez, la relación de ETA con el 11M, la prohibición en Europa de los kebab,o más reciente mente la información que aseguraba que la mujer de Pedro Sánchez estaba en la dirección de Oxfam implicada en las denuncias de acoso sexual o contratación de prostitutas en Haití.

Si me conviene, en una noticia falsa

Pero también está la otra vertiente. Ahora que se conoce que estas fake news existen, los poderosos puedes asegurar que cualquier noticia que les perjudica, que no les conviene, lo es. Problema resuelto. O eso piensa Donald Trump, el presidente de los Estados Unidos.

¿Cómo surgen? ¿Quién las crea? ¿Por qué y buscando qué objetivo? Muchas cuestiones que este libro trata de responder para explicar un fenómeno que puede llegar a distorsionar la realidad en la que vivimos y a desestabilizar países enteros. Porque no olvidemos que la información es poder y quien la tiene o la crea, gestiona.