Antoni Comín ha registrado hoy, diada de Sant Jordi, su petición en el registro del Parlament para pedir la delegación de voto. El diputado de ERC, que vive en Bélgica desde el mes de noviembre cuando fue destituido como conseller de Sanidad, ha dejado en manos de la Mesa del Parlament la decisión de aceptarla o denegarla.

El juez Pablo Llarena permitió, en su momento, que los diputados encarcelados puedieran votar en las sesiones plenarias de la Cámara catalana. Así lo hicieron Oriol Junqueras y Jordi Sànchez, primero. Después, se han añadido Josep Rull, Jordi Turull y Raül Romeva. Cuando Carles Puigdemont ingresó en la cárcel alemana también pidió la delegación de voto y ya lo ha ejercido. El último era Comín. Mañana martes, la Mesa deberá validar, o no, su solicitud.

En el caso de que se acepte su delegación de voto, Junts per Catalunya y ERC no necesitarán de los 4 votos de la CUP para investir al presidente de la Generalitat en una segunda votación (mayoría simple), pues contarán con 66 votos, uno más que la oposición de Ciudadanos, PSC, Comú-Podem y PP, más las 4 anunciadas abstenciones de la CUP.