Ceuta y Melilla son dos bastiones fundamentales para Vox, sobre todo para la articulación de su argumentario. La sopa ideológica la componen ingredientes como la presión migratoria, la religión, la seguridad ciudadana o la frontera con Marruecos. Aderezos que alimentan el manual ultraderechista, primordial para su crecimiento local y nacional. Pero a Santiago Abascal le ha surgido un inconveniente en Melilla, donde, según El Confidencial, críticos de la formación denuncian el “compadreo” con el Partido Popular y la irrelevancia del partido a diferencia de Ceuta.

Los ultraderechistas ceutíes siguen el libro de recetas al pie de la letra, lo que los ha llevado a ser referentes. Vox consigue colarse a empujones en los titulares de la prensa nacional a base de iniciativas, enfrentamientos que desembocan en vídeos virales… Una presencia en los medios fuera de lo común que hace buena la máxima de ‘las comparaciones son odiosas’. Melilla no sale bien parado en esta equiparación, pues el sentir respecto a esta sucursal es que se ha vuelto irrelevante.

Según El Confidencial, fuentes de la formación explican que el malestar creció a finales del pasado mes de septiembre, cuando desembarcaron en Melilla miembros de Vox para auditar la labor de la gestora, utilizando como excusa una reunión interparlamentaria. Sin embargo, el motivo que subyace de ésta es bien diferente y pasa por la “irritación” de ciertos sectores “con lo que está sucediendo”.

Pero, ¿qué está ocurriendo en Vox Melilla? Según esta información es que, precisamente, no está pasando nada. Lamentan la “nula actividad” de la agrupación en la ciudad autónoma e incluso hablan de un cierto grado de “compadreo” con el Partido Popular en los plenos, amén de un inexistente aumento en el número de afiliados.

Vox Melilla está bajo la tutela de una gestora después de la abrupta salida de Jesús Delgado Aboy, quien desvelaba las discrepancias con los líderes de la formación en unos audios publicados por El Confidencial. Dimitió de su cargo en enero del pasado año y un mes después se anunció que sería José Miguel Tasende quien dirigiría a los que regirían el partido de manera interina.

El principal aparato de medición en Vox pasa por las redes sociales. La hipoactividad melillense contrasta con el uso – a veces excesivo – de sus compañeros ceutíes. En comparación de perfiles, el de Melilla apenas acumula 3.885 tuits frente a los 16.600 de Vox Ceuta. Una apabullante disonancia que no hace sino acrecentar el recelo en torno a la “inactiva” sucursal.

El impacto del presidente de Vox en Ceuta es netamente superior al de Melilla. Carlos Verdejo se lleva el protagonismo de los titulares en constantes refriegas parlamentarias contra diputados de PSOE y Partido Popular, despertando las envidias en el páramo melillense y colmando de orgullo al resto de sus correligionarios.

La corrección de Vox en Melilla la achacan al seguidismo de la gestora para con el Partido Popular, algo que choca frontalmente con la estrategia de la formación a escala nacional e incluso territorial (Andalucía, Madrid, Ceuta…). Este “compadreo” lo justifican en base a la carestía de “iniciativas con proyección” y a la escasez de enfrentamientos abiertos con el Partido Popular, hecho que no se entiende en otros fueros ultraderechistas, pues se trata de la formación a la que esquilmar electores para seguir engordando.

Para más inri, lamentan que los simpatizantes ultraderechistas “no van a los actos” del partido en Melilla, al menos no cuantos desean en la dirección nacional. De hecho, el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, expresó su sorpresa cuando acudió el pasado mes de mayo a la inauguración de la nueva sede en la ciudad y casi “no había afiliados”.

Pese a todo, un portavoz nacional de la formación, según El Confidencial, rechazó cualquier tipo de malestar o problema. “No hay nada de eso”, atestiguó antes de resaltar que la interparlamentaria “no se tocó el tema de Melilla” desde ese prisma. Por lo tanto, este dirigente ultra identifica estas informaciones con intentos que “sólo pretenden dañar al partido” y apuntar a dos ex cargos que “hace tiempo que no tienen responsabilidades” en la ciudad autónoma.