Aunque las plantas de biogás son una alternativa más sostenible que los combustibles fósiles porque aprovechan residuos orgánicos para producir energía renovable, la que se ha proyectado levantar en el Polígono Industrial de Los Camachos, en Cartagena (Murcia) se ha encontrado con la férrea oposición de vecinos y asociaciones ecologistas, que esta misma semana han llevado a cabo una concentración frente a la Autoridad Portuaria de esta ciudad. 

Su oposición a estas instalaciones tiene que ver con la ubicación elegida y cómo se está desarrollando el procedimiento. Dada la proximidad de esta zona al Mar Menor, y teniendo en cuenta el estado crítico en el que se encuentra la mayor laguna salada de Europa, consideran que este no es el mejor lugar para llevar a cabo un proyecto de estas características. 

Desde la Plataforma Stop Biogás-Los Camachos-Cartagena-Mar Menor hablan también de una "cesión oscura y no explicada", pues para el desarrollo de estas macroinstalación se han cedido dos parcelas de titularidad pública a la empresa Heygaz. Aunque la entidad ha tratado de acceder a la documentación y recibir información al respecto, no han logrado nada, denuncian. ¿Por qué no responden a nuestra solicitud de reunión formal registrada?, se pregunta. 

Entre los detalles que quieren conocer está saber cuánto dinero está entregando Cartagena a intereses privados. "La Autoridad Portuaria debe explicaciones a la ciudadanía, pues es responsable de la gestión transparente del patrimonio público", enfatizan. 

Así, exigen que se hagan públicos de forma inmediata los contratos, actas, concesiones y acuerdos con Heygaz y otras sociedades vinculadas; que se paralice el proceso de cesión de suelo público a esta compañía; que se abra una mesa de información y participación ciudadana; y que se realice una evaluación ambiental rigurosa y acumulativa en la cuenca vertiente del Mar Menor. Asimismo, piden garantías de que la operación no favorece intereses privados perjudicando a la ciudadanía y al territorio. 

De igual forma muestran su preocupación por algunas de las consecuencias que puede tener una planta de estas características en esta zona, teniendo en cuenta que ni tan siquiera se han respetado buenas prácticas como la de preservar la distancia mínima con respecto a una gasolinera, que ha de ser de 250 metros y es de 180, o a las viviendas, que tiene que ser de un kilómetro y es en este caso de 350 metros. 

Desde Stop Biogás hablan de como problemas como malos olores persistentes y emisiones contaminantes en Cartagena y comarca; tráfico constante de camiones transportando purines, lodos y residuos orgánicos; afectación a la calidad del aire y riesgos para la salud pública; e impactos sobre acuíferos y ecosistemas de la cuenca del Mar Menor. Todo ello, más allá del enriquecimiento privado a costa de suelo, recursos e infraestructuras públicas.

"El Mar Menor no admite más oscuridad: la transparencia no se negocia", zanjan. 

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