Que el fútbol levanta pasiones es algo que ya casi nadie se atreve a poner en duda. Los ejemplos se producen a diario. La devoción por algunas estrellas del balompié es difícil de comprender, sobre todo, en el caso de aquellos cuya vida durante su etapa de futbolista y, en particular, después de ella, no ha sido ni es el paradigma de una existencia normal y sin excesos.
En este apartado Diego Armando Maradona se lleva la palma. Al margen de iglesias creadas en torno a su figura, estos días se ha visto en televisión la llegada de la ambulancia que trasladaba al astro argentino a un centro hospitalario para tratarle un coágulo en el cerebro. Ese episodio parecía más la llegada de un autobús al campo de fútbol que cualquier otra cosa.
Es el último ejemplo de un país, Argentina, en el que el fútbol sí es una religión. Pero no es ésta la única prueba de que los argentinos viven este deporte (y otros) con una pasión desatada.
En Galicia también se vive de manera especial, pero en este caso con otro compatriota de Maradona que, a juicio de muchos, le supera en lo futbolístico: Leo Messi.
Sin la pasión de las bengalas o de los cánticos de los hooligans, un hombre, Juan José Mariño Padín, ha dejado bien a las claras su pasión por ‘La pulga’ y así lo ha puesto de manifiesto en su esquela.
Ha sido publicada en el diario La Voz de Galicia y en ella, este aficionado, le da las gracias a Messi por “facelo disfrutar durante os seus derradeiros anos de vida (por hacerlo disfrutar durante sus últimos años de vida)”.
Como era de esperar, enseguida la esquela de este vecino de la localidad de Vilaxoán, perteneciente a Vilagarcía de Arousa, y fallecido a los 64 años, se ha hecho viral.
