La polémica que se ha desatado en Castilla y León por el protocolo antiaborto anunciado por el vicepresidente de la Junta, Juan García Gallardo, sigue avivándose. Este viernes han sido los obispos de la región quienes, a través de una carta, han indicado que “el aborto no puede ser considerado un derecho, pues niega de raíz la vida, fundamento de la dignidad humana que sostiene todos los demás derechos".

Según rigen los principios de la Iglesia, han recordado que la institución ha propuesto en todo momento “el don de la maternidad y la dignidad de la vida humana naciente”, señalando que todo ser humano es “un bien para la humanidad y un don de Dios que debe ser acogido, protegido y amado”.

En aras de valorar la propuesta impulsada por Vox desde la Junta, los obispos de las distintas provincias que componen la región comparten la idea de que se debe ofrecer “un periodo de reflexión” para las mujeres dispuestas a interrumpir su embarazo voluntariamente, además de “proporcionar información alternativas al aborto”. En cuanto al papel de los médicos, consideran que están en su derecho de ejercer la objeción de conciencia “sin sufrir estigmatización”.

Yendo un paso más allá, los obispos de Castilla y León también hacen mención a los padres de las jóvenes menores embarazadas, llaman a que no pueden ser “desvinculados” de la decisión final, ya que hace a la mujer “vulnerable y la deja sola ante una situación tan complicada”.

Manteniendo la mirada fija en el revuelo político que ha generado la cuestión, tanto a nivel autonómico como nacional, los máximos representantes de la Iglesia en Castilla y León ofrecen como solución un “amplio diálogo social, sosegado y racional […] más allá de posicionamientos ideológicos o partidistas”.

Los obispos ofrecen “su servicio” a las mujeres embarazadas

Dejando a un lado los posicionamientos ante la polémica del aborto, los autores de la carta han mostrado su “reconocimiento y agradecimiento” a las mujeres embarazadas que “portan con amor en su seno el don precioso de la vida”.

De esta manera, han puesto a disposición de estas mujeres “su servicio” para todas aquellas que viven “circunstancias no deseadas o difíciles” para abordar con serenidad este proceso natural. Es así como intentan darles “certeza” de que “no están solas”.

Es más, los obispos han puesto de relieve las palabras del Papa Francisco sobre el embarazo: “Es una época difícil, pero también es un tiempo maravilloso. Cada mujer participa del misterio de la creación, que se renueva en la generación humana. Pensemos cuánto vale ese embrión desde el instante en que es concebido”, pronunció el máximo pontífice de la Iglesia católica.