La grabación difundida este jueves en la que se escuchaba a la gerente del hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares (Madrid), Dolores Rubio, propone impedir los contactos entre los pacientes y sus familias (sustrayéndoles el teléfono móvil) con el fin de superar sus reticencias y forzar su traslado al centro de pandemias Isabel Zendal, ha provocado un terremoto en la Comunidad de Madrid.

Al margen de consideraciones políticas, esta grabación ponía en entredicho las reticencias que muchos madrileños ingresados por coronavirus tienen a la hora de ser trasladados al polémico hospital ubicado en el barrido de Valdebebas.

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Públicamente, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso culpa de estas reticencias a la campaña supuestamente orquestada por la izquierda para “sabotear” y desprestigiar el hospital. Sin embargo, fuentes del Ejecutivo reconocen en privado que al negarse al traslado, los ciudadanos esgrimen muy diversas razones. Sin duda, una de las más repetidas es la falta de intimidad ante la ausencia de habitaciones privadas para los pacientes.

Esta no es una cuestión menor en la Comunidad de Madrid, y más si se tiene en cuenta que durante años los Gobiernos de Esperanza Aguirre presumían de levantar hospitales con habitaciones individuales para "producir en la Sanidad pública la misma confortabilidad que en la Sanidad privada”.

La justificación de Ayuso frente a un informe académico

Desde el mismo momento de la inauguración, la ausencia de habitaciones fue justificada por la propia Isabel Díaz Ayuso. “Hay muchas veces que no hace falta estar todo el rato abriendo y cerrando puertas. Y si ves a la mínima que ocurre algo, es cuando vas”, afirmaba la presidenta regional.

Sin embargo, la ausencia de habitaciones cerradas optando por grandes espacios abiertos sanitariamente podría tener consecuencias muy negativas.

Tal y como informó ElPlural.com, un estudio realizado en Canadá ya advirtió en 2011 que los pacientes internados en unidades de terapia intensiva (UTI) con habitaciones privadas adquieren menos de la mitad de las infecciones que aquellos hospitalizados en salas con varias camas.

Según este estudio -recogido por la agencia Reuters utilizando como fuente el Archives of Internal Medicine-, el paciente promedio en una habitación compartida permaneció ingresado un 10 por ciento más de días que el ingresado en el hospital con habitaciones privadas.

En el caso de las tres bacterias a las que estaba orientado el control de infecciones -Staphylococcus aureus resistente a lameticilina (SARM), Enterococcus resistente a la vancomicina (ERV) y Clostridium difficile-, el riesgo combinado de que un paciente adquiriera una infección era un 54 por ciento mayor en un hospital que tiene habitaciones compartidas.

"Las habitaciones privadas permitieron mejorar la higiene”. Algo que estaría motivado porque en las habitaciones privadas, por ejemplo, influirían en la frecuencia del lavado de manos y facilitarían la limpieza.