El verano siempre supone un punto y a parte para muchas cosas, una pausa necesaria recubierta de días de desconexión que, durante unos meses ponen en pausa el frenesí de la rutina. Sin embargo, ese alto en el camino puede resultar contraproducente en según qué casos, y la cuestión política es una de esos.

La época estival supone la paralización hasta septiembre de cuestiones, en ocasiones, trascendentes en este apartado como son la Sanidad o la Educación. Un reflejo de ello lo encuentran las facultades madrileñas, que se enfrentan a la actividad censora de la Comunidad de Madrid.

Hace cosa de un mes salía a la luz un borrador de la nueva ley de universidades que recogía multas a “manifestaciones no autorizadas que impiden el libre y pacifico ejercicio de las manifestaciones que sí han sido debidamente autorizadas o comunicadas dentro del campus” o por “permitir la ocupación de cualquier lugar del campus o que se impida el acceso a los mismos o el uso de las instalaciones universitarias”.

Ayuso salió en seguida a tachar de “falsa” la noticia, publicada en primera instancia por El País, pero la realidad es que algunas de las disposiciones no solo estaban sobre la mesa en el texto, sino que ya las contemplaban documentos anteriores. “Han habido hasta tres borradores en esta línea”, destaca el portavoz de Educación del PSOE de Madrid (PSOE-M), en declaraciones a ElPlural.com.

La comunidad educativa se mantiene en vilo por unas intenciones que preocupa a alumnado, profesorado, oposición y sindicatos y que, lejos de ser nuevas, van en la línea de una estrategia que parece que la responsable de Sol está dispuesta a abanderar: la de la represión social. Otra prueba de ello es que e los últimos días la región ha intentado limitar la acción sindical de los bomberos, aunque en su caso la movilización logró aplacar la propuesta.

Puro "teatro": "Confunde y engaña todo el rato"

La universidad madrileña también se ha manifestado a lo largo del año contra ésta y otras medidas planteadas por la Consejería de Educación, pero, por el momento, la respuesta del departamento de Emilio Viciana está por ver. La propuesta todavía se está debatiendo, porque quizá decir negociar es demasiado apresurado.

“No se ha negociado nada. No tienen intención de negociar. Solamente ha hablado con los rectores en el teatro que hizo en forma de viaje a Estados Unidos, pero eso no es negociar, sino intercambiar opiniones”, emplaza Álvarez desde el otro lado del teléfono. “No ha habido ninguna reunión formal”, apostilla.

“Han desmentido cada uno de los borradores, pero el último llega a tener unos 200 artículos cuando la actual Ley de Universidades de la Comunidad de Madrid tiene siete artículos (…)”, explica.

Asimismo, lamenta el modus operandi de la presidenta regional, pero tampoco se muestra sorprendido, dado que es la senda que empezaron a marcar, entre otras, Esperanza Aguirre. “(…) Y es la estrategia que siempre siguen, la de confundir todo el tiempo y engañar a todo el mundo”, considera.

Para Álvarez, más allá de la gravedad de que esto termine por plasmarse una vez pasadas las vacaciones, se trata de un problema todavía más de fondo: “Es una forma de desviar la atención porque no llega al 1% de financiación como marca la ley, de no explicar por qué no van a abaratar las tasas como sí hacen otras universidades autónomas, algunas incluso del PP o por qué no van a abaratar las becas, en Madrid todas ellas de excedencia y que no llegan a 15 millones de euros”.

También contempla que hay dos razones las que marcan la gestión de Ayuso frente a la censura. Por un lado, los “poderes privados” y la “presión” que ejercen asimismo en el ámbito educativo en el seno de la capital en pos de un “desembarco masivo de capital privado”; y los problemas legales a los que se enfrenta con la ley.

“Todo ello les frena sacar adelante la ley, pero creo que su voluntad pasa por presentarla en septiembre (…) A ver qué pasa, primero iba a salir en Semana Santa... en todo caso parece que las intenciones son claras”, concluye. Asimismo, recuerda que la propuesta no está en el programa electoral del PP de Madrid. “Parece baladí, pero Ayuso remarca siempre mucho cumplir con los programas electorales”, termina.

Más Madrid, también se posicionaba en contra de lo que pretende Ayuso, a la que acusaban de tomar una deriva trumpista. “Es un borrador de ley que solo le gusta a Ayuso y a Trump, no hay ninguna otra persona, colectivo, trabajador, universitario, rector o persona relacionada con la universidad en Madrid que se haya mostrado a favor de esta reforma universitaria”, indicaba en su caso Rita Maestre, portavoz del Ayuntamiento, el día que salía la noticia, pero la formación, también de la Comunidad de Madrid, cierra igualmente filas en el mismo sentido.

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