Mala semana para Alberto González Amador. El novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, conocía el pasado lunes que la jueza había decidido sentarle en el banquillo, acusado de dos delitos de fraude fiscal, falsedad documental, delito continuado contable y pertenencia a organización criminal. Apenas dos días después, se ha destapado también que, el que ayer la baronesa del Partido Popular (PP) denominaba como “señor”, especula con el alquiler de viviendas turísticas y lo hace camuflando la verdadera actividad de la empresa que utiliza para este enriquecimiento.
La empresa propiedad de la pareja de Ayuso apunta en sus cuentas de 2024 que parte de sus ingresos proceden del alquiler de “locales industriales”, pero nada más lejos de la realidad. Tal y como ha revelado elDiario.es, González Amador arrenda varias habitaciones a través de plataformas vacacionales, como puede verse en Booking. El negocio se produce a través de October Twelve Accomodation S.L., de la que es propietario junto con César Nieto, ambos con un 40% de la empresa, y Carlos Casla, al que corresponde el 20% restante.
El negocio montado por los tres socios data de 2022, poco después de perpetrarse los fraudes confesados por el abogado de González Amador (ejercicios 2020 y 2021), con la intención de establecer alquileres temporales en el barrio madrileño de San Fermín (distrito de Usera). En esta localización, y tal y como se recoge en las cuentas y en las casi 500 reseñas de aplicaciones turísticas, se encuentra un alojamiento cuyo alquiler se oferta por habitaciones
No obstante, y pese a la evidencia del negocio, las últimas cuentas que ha presentado October Twelve Accomodation S.L. ante el Registro Mercantil, las relativas a 2024 (presentadas este 2025), indican que el objetivo social de la empresa es el “alquiler de locales industriales”. Esta denominación sorprende, más allá de por la divergencia con la realidad, porque la sociedad apuntaba, hasta este curso, su verdadera actividad económica. “Hospedaje en hostales y pensión” es lo que figuraba en las cuentas entregadas tan solo un años antes.
Más en detalle, la sociedad limitada definía su objeto social como “la explotación de actividades turísticas, el servicio de hospedaje en hoteles, moteles, hostales, pensiones, fondas apartahoteles, residencias de estudianates [sic], casas de huéspedes, casas rurales y alojamientos turísiticos [sic] extrahoteleros, con o sin servicios de restauración, bar o cafetería”. Descripción que coincide con el registro de alojamientos turísticos de la Comunidad de Madrid y con la licencia concedida por el Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida, donde figura como “casa de huéspedes”
Miles de euros, centenares de reseñas y otra empresa
October Twelve Accomodation S.L. oferta diferentes habitaciones (para familias, parejas, grupos, etc.) desde hace años, según recogen las reseñas de las diferentes plataformas en las que está presente. El novio de la mandataria madrileña es administrador solidario de la compañía que ha declarado una facturación de poco más de 32.000 euros en 2024, por debajo de los 40.000 euros de 2023. El pasado curso, tan solo atendiendo a las reseñas, pasaron 187 clientes por el alojamiento, durante 383 noches, a los que habría que sumar las personas que acompañasen a quien realizó la reserva.
En concreto, October Twelve Accommodation adquirió dos locales comerciales de 42 y 59 metros cuadrados en el madrileño barrio de Madrid y reconvirtió ambos en casa de huéspedes. 12 Octubre Rooms, como se hace llamar el alojamiento, cuenta con cuatro habitaciones dobles, cuyos precios oscilan entre los 70 y los 3000 euros por noche. En 2022, la empresa no consiguió ningún tipo de ingresos, y obtuvo pérdidas de 4.634 euros, pudiendo coincidir este primer periodo con el tiempo de remodelación de los locales. No es hasta marzo de 2023 cuando se registran los primeros comentarios de clientes, momento a partir del cual se suceden cientos.
Los vecinos de la zona también han dado fe a los periodista encargados de la investigación (Antonio Vélez y Salvador Fenoll) de que el negocio lleva “años” funcionando en los bajos del edificio de once plantas de altura y medio siglo de edad. Antaño, el local cercano a la Caja Mágica y al Hospital 12 de Octubre se desempeñó como bar, pero actualmente aparece perfectamente marcado con el cartel que acompaña a este tipo de negocios turísticos, anticipando que la gentrificación también puede llegar hasta este barrio humilde y trabajador.