La Comunidad de Madrid ha puesto en marcha a través de su red de Metro el transporte de mercancías. Se trata de la primera vez que el suburbano ofrecerá este servicio en más de un siglo de historia, aunque la medida, como siempre, ha sido anunciada como todo un éxito por parte de la región y con cierto reparo desde la oposición.

Sobre el papel, nadie la califica de idea descabellada, aunque las reticencias sí se repiten entre las voces que no están de acuerdo 100% con la decisión. Éstas basan sus críticas en la posibilidad de que suponga una sobrecarga de trabajo para los profesionales de Metro, las frecuencias o la seguridad.

Manuela Bergerot, portavoz de Más Madrid, mantiene en declaraciones a ElPlural.com que les parece una “medida razonable” siempre y cuando se cumplan unos requisitos, al menos mínimos: “Siempre hemos respaldado que la última milla del transporte de mercancías sea en medios sostenibles (…) Solo esperamos que no suponga una carga adicional para los trabajadores y que se cumplan todas las previsiones de seguridad”.

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Del objeto social a la seguridad pasando por el tiempo de los usuarios

Precisamente, es en el aspecto de seguridad en el que más centra su crítica el PSOE de Madrid (PSOE-M). Fuentes socialistas emiten a este periódico que el Metro “es una infraestructura crítica y meter paquetería en general en las instalaciones sin que esta haya pasado un control radioscópico tiene importantes implicaciones para la seguridad de los viajeros, ya que se está haciendo uno de cuartos escasamente preparados para almacenar elementos potencialmente combustibles”.

En el partido ponen como ejemplo de esto la prohibición de entrar con patinetes eléctricos en los vagones, precisamente, por riesgo de explosión: “No podemos meterlos por el riesgo para la seguridad, pero pueden estar en un cuarto guardado junto a un pasillo por el que pasan miles de viajeros durante todo el día sin que nadie diga que hay problema alguno”.

Y eso, aseguran en el partido que a nivel autonómico lidera Juan Lobato, es “solo la punta del iceberg”. “La clave está al amparo de qué se hace dentro de esta medida (…) El Metro es una empresa pública cuya actividad se basa en el transporte de personas y sus equipajes; y no de mercancías”, señalan refiriéndose al artículo 3.d de los Estatutos Sociales. En este sentido, para empezar “la red escapa al objeto social de la empresa y, probablemente, quede fuera de la cobertura de los seguros que tenga suscritos la empresa en caso de que suceda algo”.

El PSOE continúa lamentando que la propuesta puede “generar problemas en cuanto a la banda de mantenimiento de la infraestructura y obligar al personal de Metro a realizar una actividad que escapa a su función como es la custodia de paquetería en las estaciones”. Al respecto, “el tiempo que se dedica a atender a los repartidores que van a recoger/dejar esos paquetes es tiempo que se resta a los usuarios de metro, en particular a los más vulnerables que tienen problemas para adquirir sus billetes o para atender las incidencias que puedan producirse en la estación”.

Entretanto, el Sindicato del Colectivo de Maquinistas de Metro (SCMM) está esperando a recabar toda la información para, llegado el caso, poder pronunciarse al respecto.

Detalles de la medida

ElPlural.com ha preguntado expresamente a la Consejería de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid qué tipo de mercancías se van a transportar durante este servicio. "En esta primera prueba piloto trabajamos con empresas de mensajería", exponen.

Este periódico ha revisado las condiciones de la compañía en internet para ver qué productos se pueden transportar con la mencionada compañía, y ha consultado vía telefónica si podría enviar, por ejemplo, un patinete eléctrico siempre que éste cumpla los con dchas medidas (200 cm de largo x 80 de ancho x 60 de alto), obteniendo una respuesta afirmativa.

El programa se denomina Última Milla y, por el momento, se ha puesto en marcha en las líneas 3 y 12 del suburbano que permite el transporte de un millar de paquetes diarios.

En concreto, se habilitarán trenes específicos para transportar mercancías como parte de la iniciativa M4G, que tiene como objetivo reducir la contaminación, evitando el movimiento en superficie de 5.000 paquetes diarios, y la congestión circulatoria asociada a las furgonetas de reparto. Ese, el medioambiental, es el argumento principal que esgrimen desde la región para justificar la decisión.

El consejero de Vivienda, Transportes e Infraestructuras, Jorge Rodrigo, indicaba en la Asamblea que el pasado 25 de septiembre, en la Línea 12 de Metro Sur, comenzó este proyecto piloto en colaboración con GLS Spain.

Desgranando la medida, indicó que la compañía “ha estado haciendo uso de trenes específicos para transportar mercancías en la Línea 12 todos los días entre las 19:00 y las 20:00 horas”. “Concretamente, el convoy especial recoge los paquetes en las estaciones de Universidad Rey Juan Carlos, Alcorcón Central, Hospital Severo Ochoa y El Bercial”, aseveraba.

Según los datos facilitados en la Consejería, la prueba piloto durará unos tres meses. “Ya está transportando un promedio diario de 740 paquetes y a día de hoy ya se han trasladado más de 6.000” sin que se haya producido “ningún tipo de incidente en la circulación de trenes” y, asegura, sin que los viajeros se hayan visto afectados.

La prueba misma contiene otrapiloto en la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) a través de la Línea 3 (entre Villaverde Alto-Moncloa) junto a la firma, en este caso, CITYlogin. En este caso, la recogida de paquetería se lleva a cabo en la estación de Embajadores antes del servicio al usuario. Después, la compañía recoge la carga y la distribuye con bicicletas o mediante repartidores a pie con carritos.

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