Las actas de residencias en Madrid, redactadas por la Policía Municipal durante lo más duro de la pandemia y que la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, trata de esconder, muestran la cruda realidad que se vivió en estos lugares durante aquellos días.

Los escritos policiales a los que ha tenido acceso ElPlural.com plasman un horizonte de horror en pacientes y familias, así como de cansancio generalizado del personal que entonces dio lo mejor de sí, a pesar de trabajar en muchos casos sin recursos. Todo este escenario viene dibujado de manera muy milimétrica en las líneas que ha sido capaz de leer este medio y que exponen, entre otras cosas, que había espacios de “uso exclusivo” para los fallecidos.

Era algo habitual en los centros de mayores, que se blindaban para, en la medida de lo posible, evitar más contagios. Esa crudeza viene reflejada, por ejemplo, en un acta firmada a día 9 de abril de 2020 -a las 11:00 horas- que expone que la residencia Geriasa contaba en aquel momento con un “ascensor de uso exclusivo para servicio funerario”.

A pesar de lo llamativo e impactante de este espacio habilitado para las personas fallecidas, los centros de mayores habilitaban otros para poder contener la expansión del virus. Los documentos policiales a los que ha accedido ElPlural.com relatan de qué manera se dividía a las personas en función de su estado de salud y cómo operaban los profesionales. Así, el acta aquí recogida dicta que “todas las plantas excepto la tercera son personas sin síntomas” y “cumplen con el protocolo Covid-19 perfectamente”; de manera “eficaz y eficiente”, mientras que en la planta tercera estaban “los residentes con mayor vulnerabilidad y de cuidados especiales”.

Abandono absoluto de las instituciones

Este protocolo era homogéneo en la totalidad de las residencias, habilitando espacios para gestionar de la mejor forma posible la dolorosa situación. De este modo lo destacan también las actas de la residencia de mayores Mirasierra, del día 23 de abril de 2020. Aquí también se cuenta la división por plantas, con el número de residentes en cada una y los síntomas de los pacientes, y se observa que “tuvo acumulación de fallecidos en el centro”, a la vez que la directora del centro manifiesta el “absoluto abandono por parte de las instituciones públicas”.

Acumulación de fallecidos en el centro

Una inacción denunciada por la directora del centro Mirasierra que concuerda, a la perfección, con la tesis general que describen los agentes de la Policía Municipal que accedieron a las residencias para evaluar la situación. En los textos a los que ha podido acceder este medio, hay una idea que se repite: el daño derivado de los conocidos como 'protocolos de la vergüenza', que impidieron el traslado de muchas personas a los hospitales, tuvo una relación directa con el número de muertes. De hecho, en uno de los textos queda claro que en el hospital “no hubiera habido tantos fallecimientos puesto que son residencias y no hospital (carecen de los medios hospitalarios)". Un cribado, dictaminado por la Comunidad de Madrid, que provocó el hartazgo del personal: " Se encuentran agotados física y mentalmente”.

Personal agotado física y mentalmente

Uno de estos textos estima que “respecto a los fallecidos” (33), únicamente dos “han sido en el hospital (uno de ellos confirmados que dio positivo) y que el resto (31) fallecieron en la residencia sin haberles realizado prueba”.

En la misma línea, el otro documento expone que “de los 69 fallecidos, 9 fallecieron en el hospital, y el resto (60), fallecieron en la residencia provocado por la no admisión de derivaciones de dichos pacientes en el hospital de referencia”.  

Los meses de las actas

Un total de 9.468 personas que vivían en residencias madrileñas murieron entre los meses de marzo y abril de 2020, en el peor momento de la pandemia. De ellas, 7.291 lo hicieron sin recibir atención hospitalaria por la no derivación a hospitales -y muchos de ellos tampoco fueron tratados en el centro en el que se encontraban-, tal y como los familiares llevan años denunciando.

La reclamación de una persona a título personal para conocer el contenido de las actas -que llegan hasta agosto de 2020- y así saber cuál era la situación que se vivió en las residencias de Madrid llevó a la prensa a perseguir también los documentos. Algunos de estos ya se conocían, mientras que otros son nuevos. La Cadena Ser o ElPlural.com son dos de los que han conseguido sacar a la luz nuevos documentos que muestran el horror de aquellos días en los centros residenciales.

Los agentes de la Policía Municipal redactaron más de 200 informes sobre la situación en estos lugares y que proyectan una narración descarnada. El Gobierno de la Comunidad de Madrid acudió a los tribunales para que esta información no fuera pública.