El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, niega haber elogiado al general Millán Astray y justifica sus polémicas palabras. "No se puede mencionar una calle pero sí negociar con Otegi", ha asegurado el edil popular, quien ha denunciardo ser "víctima de la cultura de la cancelación de la izquierda" y ha cargado contra el Gobierno.

Este jueves, Almeida ha salido al paso de las críticas a las puertas de Cibeles y ha asegurado que sus manifestaciones durante el acto de homenaje a la Legión no responden a una loa hacia el golpista del franquismo sino a una mera mención del creador de las fuerzas militares. "Me limité a decir que hay una calle en Madrid que lleva el nombre de Millán-Astray y cuya legalidad ha sido avalada por el Tribunal Superior de Justicia", ha dicho.

Así, y en declaraciones a los medios de comunicación, el primer edil ha denunciado ser "victima" de una "cultura de la cancelación" que dice han emprendido los partidos de la izquierda así como que este episodio supone una "amenaza para la libertad de expresión". Todo tras apuntar directamente al Ejecutivo de Pedro Sánchez.

"Estoy siendo víctima de un episodio más de esa cultura de la cancelación a la que la izquierda se ha hecho aficionada y en la que se pretende estigmatizar y señalar a todo aquel que no piense como ellos. Se llega al extremo ridículo y grotesco de abrir una investigación a un alcalde que menciona una calle en Madrid cuya legalidad ha sido avalada por el TSJM", ha afirmado tras conocer que la Secretaría de Estado de Memoria Democrática está estudiando sus palabras en el marco de la Ley de Memoria Democrática.

Este martes, el regidor aseguró en el descubrimiento de una placa en la estatua que homenajea a la Legión que "en Madrid no hay acuartelamientos de la Legión, pero eso no quiere decir que desde hace tiempo se rinda también tributo de admiración hacia la Legión". "Estos reconocimientos están a lo largo y ancho de toda la ciudad: el barrio del Tercio, en el distrito de Carabanchel; la calle dedicada al fundador de la Legión, General Millán-Astray; al comandante Fontanes; al legionario Queija de la Vega y también la que recuerda la gesta y la heroicidad del cabo Suceso Terrero", continuó.

Estas palabras despertaron los reproches de algunos sectores sociales y políticos, lo que ha llevado a Almeida a salir del paso para refutarlas con un ataque al Gobierno mediante. "Me limité a decir que hay una calle en Madrid que lleva el nombre del general Millán Astray, avalada por el TSJ su legalidad, y me parece que es una prueba más de que este Gobierno no está a resolver los problemas reales de los españoles", ha asegurado.

El PCE, Otegi o Bildu

A su juicio, "lo más preocupante de todo este debate por la alusión a un calle avalada por la legalidad y en un monumento en homenaje a la Legión, es la cultura de la cancelación que pretende establecer la izquierda", y ha asegurado que el Ejecutivo pretende que "no se pueda ni mencionar una calle de Madrid y que se puedan emitir sellos de correos con el Partido Comunista, que se pueda negociar con Otegi -del que ha dicho es un terrorista convicto, confeso o condenado- que se pueda reivindicar a Companys, condenado por golpe de Estado en 1934, o a Largo Caballero".

"No cabe ninguna duda que el Gobierno no está a los problemas reales de los españoles. Que tire el tiempo en investigar a ver si unas palabras en las que me limite a decir que hay una calle en Madrid que lleva el nombre de Millán-Astray y que ha sido avalada por el Tribunal Superior de Justicia su legalidad, me parece que es una prueba más de que este Gobierno no está a los problemas sino a decir tonterías y agastar inútilmente el dinero de los españoles", ha manifestado.

Por eso, ha querido denunciar asimismo que es "preocupante para la libertad de expresión y una amenaza" y ha afirmado que su "prioridad" como alcalde "no es cambiar el nombre de las calles". Además, ha cargado contra la Ley de Memoria Democrática, bajo la que podrían haber constituido un delito sus palabras, de "indigna, injusta y sectaria" y "pactada con Bildu" para " la confrontación entre españoles".