La presidenta de Extremadura, María Guardiola, anunciaba en la tarde de este lunes un adelanto electoral que convertirá a la Comunidad Autónoma (CCAA) que lidera en el primer escenario de batalla de un nuevo ciclo electoral. Será el 21 de diciembre cuando los extremeños acudan a las urnas, antes que castellanos y leoneses y andaluces, y todas las posibilidades están sobre la mesa. La baronesa del Partido Popular (PP) confía en poder zafarse de la dependencia de Vox, que le ha impedido sacar adelante los Presupuestos, pero tanto socialistas como ultraderechistas no han dicho la última palabra.
"Tras el bloqueo y la irresponsabilidad de la oposición, serán los extremeños los que decidan. No tenemos derecho a hacerles esperar", ha justificado Guardiola un movimiento que gusta en Génova 13, pues también sirve de ejemplo para reclamar al jefe del Ejecutivo nacional, Pedro Sánchez, que siga el mismo camino al no gozar de Cuentas. Sin embargo, el movimiento podría salir caro a la presidenta extremeña, que ve como las encuestas no terminan de darle el aire suficiente como para alcanzar la ansiada mayoría absoluta, pese a que el PSOE no atraviesa su mejor momento en la región.
El sondeo que más rápido ha llegado es el de Electomanía, que ha adelantado unos días el ElectoPanel autonómico que suele presentar cada final de mes. Los dos principales partidos se harían con gran parte de los sillones del parlamento, pero la supervivencia de la izquierda más allá del PSOE, tocada casi de muerte en la autonomía, y el vuelo que pueda llegar a coger Vox, que resiste pese a las pugnas regionales sostenidas con el PP, serán claves para dibujar el próximo Gobierno.
PP y PSOE luchan por la primera plaza
Los conservadores sostienen su primera plaza, pero la diferencia no es tan amplia como gustaría en Génova. La encuesta publicada otorga un 41% a los de Guardiola, elevado porcentaje que se traduciría en 30 escaños. Por detrás, rozando el 38%, aparecen los socialistas, que se harían con 26 sillones. La distancia actual es de cuatro escaños, pero podría acortarse y volver al escenario dibujado hace tan solo un mes, cuando la propia Electomanía presentaba un resultado de 29 a 28 escaños, favorables al PP.
Las elecciones de 2023 dejaron una fotografía similar, con un empate a 28 escaños que, finalmente, acabó decantando Vox a favor de la formación con la que comparte espectro ideológico. Por aquel entonces, los cinco escaños de Vox salvaron a Guardiola por la mínima, dado que la mayoría absoluta se sitúa precisamente en los 33 escaños que ambas agrupaciones sumaban. No obstante, parece que en esta ocasión las dos derechas lo tendrán mucho más sencillo para alcanzar en mínimo suficiente.
Vox resiste y la izquierda se desangra
Los ultraderechistas, que mantienen una relación muy tensa con el PP extremeño, obtendrían nueve escaños, según el ElectoPanel. El 12,7% de intención de voto llevaría a Vox a casi duplicar su resultado actual y a disfrutar de la última palabra. Al otro lado la trinchera, las formaciones de izquierda se desangran. Podemos, que actualmente ostenta cuatro escaños, perdería todos ellos al obtener tan solo el 1,4% de los votos -siempre según Electomanía-. Simultáneamente, Sumar, que no cuenta con representación ni ha designado candidata, tampoco conseguiría sillón, quedándose fuera con el 4,5%.
Un 6% que se perdería sin escaños y que beneficiaría, sobre todo, a las dos derechas. En los comicios anteriores, pese a que Guardiola aseguro que “no podía dejar entrar en Gobierno a quienes negaban la violencia machista, utilizaban el trazo gordo y criminalizaban a los migrantes”, Vox terminó por acceder a la Junta. De cara a esta cita con las urnas, todas las formaciones de izquierda tienen claro que Guardiola reeditará el pacto si lo necesita para gobernar.
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