Hace algunos días, la Plataforma SOS Sanidade Pública convocó diferentes movilizaciones de protesta con el punto de vista puesto en la Atención Primaria. El Covid-19 ha tenido repercusiones muy negativas en lo que a la atención que se presta en la centros de salud se refiere. A unos días de que decaiga el estado de alarma, esta entidad ha salido a la calle para “exigir” a la Xunta de Galicia “la vuelta a la normalidad de la Atención Primaria”.

La Consellería de Sanidade acaba de hacer pública su respuesta a esa ‘vuelta a la normalidad’, algo que ha recibido, a su vez, las críticas contundentes de las organizaciones que la reclamaban. Llegan a calificar el plan del Gobierno regional de “injustificable e inaceptable”.

En concreto, se quejan de que el área que dirige Julio García Comesaña ha anunciado la intención de “incrementar las consultas presenciales hasta el 60% y limitar las esperas a cuatro días, con medidas sancionadoras” para el personal que no alcance estos objetivos.

Las críticas a que los centros de salud “concentren su actividad en las consultas telefónicas en detrimento de las presenciales” lleva a SOS Sanidade Pública a señalar que la población “está harta”, al igual que de las “listas de espera de semanas”, también en este nivel de la atención sanitaria, o de “tener que hacer cola en la calle para poder acceder a los centros”.

Rechazan que la Xunta pretenda “culpar de la situación” de la Atención Primaria al personal, algo en lo que también coincide el sindicato médico CESM, cuya delegación en Galicia, en un comunicado, llega a acusar al Sergas de tratar de “criminalizar” a pediatras y médicos de familia en relación con las consultas telefónicas. Este hecho, según señalan, es paradógico porque fue la propia administración “la que las impuso al comienzo de la pandemia, al no disponer de otros medios de protección para los facultativos y los pacientes, ante la carencia de recursos materiales”.

SOS Sanidade Pública coincide en el diagnóstico de la falta de personal tanto sanitario, como administrativo que ha derivado en una “desastrosa gestión de los centros de salud”. El motivo: al frente de ellos están personas cuyo mérito es ser “afines al PP, con un escaso nivel de conocimiento y capacitación”.

Por su parte, desde CESM apuntan directamente a Jorge Aboal, director general de Asistencia Sanitaria del Sergas, a quien consideran proponente de los objetivos marcados que, a juicio del sindicato médico, “constituyen un auténtico despropósito” y “totalmente inviable” puesto que, a día de hoy, “ni siquiera se están cubriendo las ausencias de los profesionales”. Insisten en que las metas del Servicio Galego de Saúde se establecen “en medio de una pandemia, con las mismas plantillas que antes de la irrupción de la Covid-19, con mucha más carga de trabajo, una situación de estrés y agotamiento generalizados y con trabajo atrasado al haber priorizado la lucha contra el virus plantear esos objetivos”. Su conclusión es que todo es “burla a los facultativos”.

Cabe recordar que, desde años antes de la pandemia, han sido diferentes las entidades y organizaciones que han mostrado de forma repetida su rechazo ante lo que han definido como deterioro de la sanidad pública gallega, con una especial llamada de atención sobre las condiciones del primer escalafón del servicio de salud – a finales de 2018 dimitieron todos los jefes de servicio de Vigo por las condiciones en los centros de Primaria- . Todo ha empeorado de manera notable con la situación de crisis sanitaria provocada por el coronavirus, con sus distintas derivadas (mayores, atención telefónica, confinamiento, vacunaciones, etc).

Por ello, SOS Sanidade Pública va más allá al indicar que todo responde a un propósito “claro” de la Xunta de Galicia que pasa por “desmantelar el actual modelo de Atención Primaria”, además de “cerrar centros y consultas” para concentrar los recursos sanitarios en hospitales y centros privados concertados.