Cuando Alberto Núñez Feijóo ascendió al Olimpo de la Xunta de Galicia tras perder sus primeras elecciones, se apoyó en una campaña de acoso y derribo sin final contra el bipartito de PSdeG y BNG que en 2005 había logrado desbancar al Partido Popular de Fraga.
Desde el primer momento y como portavoz de la oposición, Feijóo no cejó en el empeño de ganar con mayoría absoluta, para lo cual utilizó todas las armas posibles, apoyado siempre en algunos medios de comunicación más que fieles. Al bipartito de socialistas y nacionalistas se les acuso de casi todo, desde compras de coches oficiales, hasta decoraciones en despachos de la sede de la Xunta, pasando por fotos en yates, culpando de los incendios forestales (forma parte de la historia política gallega la imagen de Feijóo con una manguera en la mano) sin olvidar una acusación de tratar de desterrar el castellano a favor del gallego. Todo dio su fruto, porque no había redes, pero sí propietarios y directores de medios dispuestos 'hacer lo que haya que hacer'.
Feijóo logró la presidencia de la Xunta en 2009 y ya no la dejó, encadenando mayoría tras mayoría hasta que decidió dar el salto a Madrid para encauzar el destino de su partido.
Sin embargo, años antes de esto, el de Os Peares sí vio a un político como potencial rival en las autonómicas. Las encuestas que se manejaban entonces así lo indicaban, y claro, una vez más, Feijóo y su formación echaron mano de esa estrategia que tan buen resultado le dio frente al bipartito. Ese político era José Ramón Gómez Besteiro, hoy máximo dirigente del PSdeG que, además, tiene la carga del negativo honor de haber sido el candidato socialista que peor resultado ha cosechado en Galicia.
Pero esto no era así hace unos años, cuando sus cargos se circunscribían a Lugo y empezaba a ser observado como la esperanza del PSOE gallego.
Las artimañas del PP se pusieron entonces en marcha y, entre otras maniobras, unos anónimos presentados en los Juzgados de la capital lucense dieron pie al inicio de la Operación Pulpo, con Besteiro, falsamente acusado en el centro de la trama.
Detrás de aquellos anónimos, tal y como se supo hace no mucho tiempo, estaba una joven política del PP, Elena Candia, del núcleo de Feijóo, que hacía números para ascender en el partido. De hecho, ese ascenso se materializó año tras año con diferentes puestos, hasta el actual de candidata del PP a la alcaldía de Lugo y vicepresidenta del Parlamento autonómico.
Aquellos anónimos conllevaron la salida momentánea de la política de Besteiro y, por ende, el camino libre a Feijóo al 'eliminar' a uno de los que podría haber sido un rival peligroso para mantener la Xunta de Galicia.
Ese caso fue decayendo, hasta que estos días se ha decretado el archivo definitivo de la Operación Pulpo. A raíz de esto, la secretaria de Organización de los socialistas, Lara Méndez, ha recordado el papel que Candia tuvo en todo este asunto y le ha instado a que asuma sus responsabilidades.
"Destruir adversarios políticos"
La dirigente del PSdeG ha sido más que clara al indicar que “quien entrega a propósito anónimos falsos para intentar destruir a sus adversarios políticos no merece ocupar responsabilidades en la sede gallega de la democracia”.
Las conexiones de Elena Candia con el líder de los 'populares' están fuera de toda duda. Sobre esto Méndez denunció “la participación activa de la política lucense para activar una operación diseñada con premeditación por Feijóo y Rueda para destruir a los socialistas” y, en este caso concreto, a Besteiro. Se trata, según la explicación de la dirigente del PSdeG, de una operación “activada por la política lucense a través de unos anónimos que se demostraron falsos y que motivaron que el auto del fiscal señale que quien oculta su rostro para acusar, también es capaz de ocultar la verdad en lo que acusa”.
Estos días Méndez ha hablado del asunto y ha sido contundente al recordar que el PP “aún no ha pedido perdón por el sufrimiento causado, por el uso partidista de las instituciones ni por los miles de euros gastados en un proceso completamente injustificado. Antes al contrario porque Candia fue premiada con la vicepresidencia de la Mesa del Parlamento y la candidatura a la alcaldía de Lugo”.
A su juicio, existen personas “como Feijóo, Rueda y Candia que desacreditan la política”. “El miedo a los adversarios nunca puede justificar el acoso judicial”, que es lo que considera que se hizo con Besteiro y esta Operación Pulpo ahora archivada”, después de 12 años de causa “en la que fue injustamente implicado”, junto con varios técnicos de la Diputación de Lugo.
Este archivo pone de manifiesto que “todo fue una trama orquestada por el PP”, con acusaciones que “se han demostrado falsas” que “sirvieron de coartada a una jueza casada con un alto cargo” de este partido y que “acabaría siendo expedientada, sancionada y apartada de la carrera judicial durante meses por sus actuaciones”. Ante esto, la única salida que, para los socialistas, le queda a Elena Candia es la dimisión.