El pasado fin de semana Alfonso Rueda presentó a los cabezas de lista en cada una de las provincias de cara a los comiciones del próximo 18 de febrero. Se trata de tres mujeres y un hombre que tienen como misión, según señaló el propio candidato del Partido Popular a la presidencia de la Xunta de Galicia, “"recoger y expresar las aspiraciones de todos los gallegos en las cuatro provincias”, eso sí, haciéndolo con “honestidad y siendo conscientes del privilegio que supone representar al PPdeG”.

Dos de los nombres elegidos por Rueda, sin embargo, generan cierta suspicacia debido a su pasado profesional o político, al margen del número uno por A Coruña, Diego Calvo, que sonó en su momento como posible sucesor de Alberto Núñez Feijóo, quien finalmente se decantó por el actual presidente en funciones.

La controversia llega a través de dos nombres: Elena Candia, número uno por Lugo, y Patricia García, número 2 por Pontevedra -el número uno es el propio Alfonso Rueda-.

La primera de ellas es una vieja conocida de la política local en Lugo. Persona cercana a Alberto Núñez Feijóo a quien, además, en su momento 'echó una mano' más que importante con un perjudicado claro, el actual candidato del Partido Socialista de Galicia, José Ramón Gómez Besteiro.

De ella, el día de la presentación de los cabezas de cartel, Rueda subrayó su "capacidad incansable de trabajo" y su "resiliencia". También le otorgó un gran “vocación de servicio público” y resaltó su idea de la política como "una carrera de largo recorrido en la que nunca hay que rendirse a pesar de las dificultades".

Y así es. Elena Candia aprendió en su pueblo que la política es como un maratón que inició en Mondoñedo, donde primero fue concejala (por vez primera en 2003, con 25 años) y luego alcaldesa (de 2015 a 2020). Pero el empujón, según se ha sabido hace ahora menos de un año, la conecta directamente con Feijóo y se refiere a un hecho que ella protagonizó en 2013, y con un resultado que le sirvió a su jefe político y entonces presidente de la Xunta para prometedora carrera en Galicia como trampolín hacia la calle Génova de la capital.

Tras los malos resultados en las elecciones de octubre de 2012, el PSdeG se hallaba en un proceso de discusión interna.

En esa fase un político empezaba a sonar para tomar las riendas de la formación. Era el presidente de la Diputación de Lugo. Finalmente, Besteiro dio en marzo de 2013 los pasos necesarios para liderar el Partido Socialista de Galicia, lo que logró tras unas primarias celebradas en septiembre. Sin duda, era uno de los nombres más sólidos para disputarle a Feijóo la presidencia de la Xunta, contando con tres años por delante hasta las siguientes elecciones, para darse a conocer a nivel regional.

Candia, en el centro de todo

Sin embargo, casi a la vez que daba los primeros pasos para liderar a los socialistas, desde el Partido Popular se pergeñaba lo que muchos han calificado como “uno de los mayores fiascos judiciales de Galicia”.

Esta operación consistió en la aparición o entrega en la Fiscalía de unos anóminos que acusaban a José Ramón Gómez Besteiro de estar al frente de varios casos de corrupción. Todas las acusaciones fueron cayendo por su propio peso, pero esto ocurrió al cabo de los años. El daño político -y personal- a quien podría hacerle sombra a Alberto Núñez Feijóo estaba hecho y el objetivo, a la vista de lo sucedido tras esto en las siguientes citas electorales, conseguido.

Esos anónimos unidos al proceder de la jueza Pilar de Lara – que resultó con posterioridad inhabilitada y sancionada por el órgano de gobierno de los jueces- dieron pie a más de una docena de imputaciones del que, para muchos, iba a ser el gran rival del actual líder nacional del PP. Besteiro se vio obligado a dimitir en 2016 de todos sus cargos.

En ese momento, se producía el ascenso de Elena Candia, en realidad un año antes, con la alcaldía de Mondoñedo. Ella, que continuó con su carrera política como candidata del PP a la alcaldía, pero ya de Lugo capital en 2023, y vicepresidenta del Parlamento autonómico, estaba detrás de la entrega de los anónimos unos años antes que, supuestamente, implicaban a Besteiro en casos de corrupción que fueron cayendo con el paso del tiempo como un castillo de naipes.

De negarlo a justificarlo 

A principios de abril del año pasado, los socialistas hicieron público que Candia aparece en los papeles que conllevaron la suspensión de la carrera política de Besteiro durante años. Hace 9 meses Alfonso Rueda negó la mayor, pero finalmente no pudo mantener esta posición y pasó a justificar lo ocurrido con los anónimos.

Y no pudo negarlo porque el PSdeG mostró documentos en los que aparece Elena Candia como la persona que hizo llegar a la Fiscalía las controvertidas y falsas acusaciones en forma de anómimos contra el actual candidato socialista a la presidencia de la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro.

Ella misma hizo, incluso, una declaración testifical el 14 de marzo de 2013 en la que explicaba que "el escrito que presentó en Fiscalía se les hizo llegar a sus oficinas de la diputación de forma anónima". Describió, entonces Candia, que “lo encontraron dentro de un sobre en blanco sin ninguna anotación".

Estos movimientos, desde algunos sectores, tuvieron su respuesta en forma de recompensa política con un ascenso dentro del partido, gracias a su proximidad con Alberto Núñez Feijóo. Sin ir más lejos, el propio líder nacional de la formación estuvo en la presentación de su candidatura a la alcaldía de Lugo, junto con su sucesor en el cargo, Alfonso Rueda.

Los socialistas, cuando dieron a conocer esos documentos en los que aparece el nombre de Elena Candia llegaron a hablar de "artimaña mezquina". Una maniobra del PPdeG y de la que era en aquel momento concejala en Mondoñedo con la única intención de "sacar rédito electoral y destruir" al por entonces secretario xeral del PSdeG y candidato a la Presidencia de la Xunta.

Hoy Elena Candia es la número 1 del Partido Popular por la provincia de Lugo para las elecciones autonómicas gallegas.