Pocos precedentes existen de una manifestación tan numerosa en una zona sin un número de habitantes destacado, como la vivida hace algunos días en Palas de Rei contra la instalación de la macrocelulosa que la multinacional portuguesa Altri quiere levantar en este municipio lucense. La respuesta fue numerosa, con miles de personas protestando contra una planta que, a juicio de los convocantes, solo traerá perjuicios en un área que abarca hasta tres de las cuatro provincias gallegas y contra la que se han levantado, además de los vecinos, colectivos relacionados con el mar, la ganadería, la agricultura e, incluso, en los últimos días con el turismo.

Desde que se dio el impulso definitivo a esta fábrica -no hay que olvidar que el proyecto nació hace años- la Xunta de Galicia se ha posicionado claramente a favor de su implantación. El tema laboral es el argumento que, para el Gobierno que preside Alfonso Rueda, más peso tiene a la hora de respaldarlo. Y esto a pesar de que, aunque en un primer momento llegó a hablarse de miles de puestos de trabajo entre directos e indirectos, al final serán alrededor de 400. En contra del mismo se posiciona claramente el Bloque Nacionalista Galego, mientras que al PSdeG se le acusa de equidistancia con un proyecto que, para salir adelante, necesita de un inyección económica pública más que considerable.

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La controversia en torno a la planta ha tratado de ser desactivada por la dirección de Altri mediante comunicados, visitas a otras factorías de la compañía en Portugal o comparecencias públicas.

En la última participó su consejero delegado, José Soares de Pina, quien se refirió a la factoría como destinada a la fabricación de fibras textiles, obviando o tratando de pasar de puntillas por el apartado relativo a la pasta de celulosa para elaboración de papel.

Soares habló de la necesidad de contar con "confianza jurídica", en referencia a la preceptiva declaración de impacto ambiental; también se refirió al apartado de la financiación que debe estar “concluida” con un horizonte temporal concreto, señalando que "hasta el final de año se puede tomar una decisión". A modo de advertencia, también indicó que "si se prorroga mucho”, entonces “tendremos que tomar nuestras decisiones también".

Además de hablar en su comparecencia de ayer de que no habrá más plantaciones de eucaliptos, cuya madera se utiliza para la elaboración de la pasta de papel, el directivo de Altri ha dicho que, cuando se habla de contaminación, en realidad es debido a la campaña de “desinformación". Asimismo, no dudó en arremeter contra lo que calificó como la “alerta” generada alrededor de la factoría, aludiendo incluso a que muchos han dicho que la misma "va a ser el fin del mundo".

Alegaciones contra el proyecto

Con respecto a las más de 23.000 alegaciones recibidas contra este proyecto, el consejero delegado de Altri aclaró que "no es sorprendente", reconociendo que ahora el proceso "tomará un poco más de tiempo" para hacerlo "con cuidado y transparencia".

Al igual que en el caso de la plantación de eucaliptos, el consumo de agua también provoca incertidumbre. Desde la compañía lusa informaron de que la cantidad que requiere será "referente mundial", puesto que según sus cálculos se utilizarán 15 metros cúbicos por tonelada, y la media del sector es de 30 metros cúbicos.

Del mismo modo, Soarea explicó que el agua se devolverá al río Ulla depurada, por lo que "no va modificar su medio natural"; esto supone descartar afectación alguna de la ría de Arousa, tal y como han venido denunciados pescadores y mariscadores.

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Uno de los condicionantes para que la planta sea una realidad tiene que ver con la financiación pública. José Soares de Pina recordó ante los medios que Altri "es una empresa muy solvente" y "no está en riesgo el proyecto". En total, la inversión llegaría a los 1.000 millones de euros, de los que esperan que el 25% deben proceder de fondos públicos, requisito ineludible para que la fábrica de Palas de Rei eche a andar.

En relación con esto, el consejero delegado de la multinacional portuguesa ha destacado las conversaciones que existen con la Xunta y el Gobierno central. La primera está dispuesta a hacer apartaciones importantes, tal y como ya ha adelantado el propio Alfoso Rueda; por su parte, con Moncloa, tal y como indicó Soares, la voluntad es “muy positiva”, si bien esta negociación, reconoció, "requiere un proceso".

Las aseveraciones del directivo de Altri, sin embargo, no han convecido a los vecinos y colectivos que se sitúan claramente en contra del proyecto. Por ello, coincidiendo con que mañana se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, como estableció en 1972 la ONU, Ecoloxistas en Acción da a conocer sus Premios Atila 2023, siendo el primero para, precisamente, Altri-Greenfiber, y el ejecutivo de la Xunta de Galicia por su impulso.

Según explican desde la organización, este proyecto Gama conllevará, de salir adelante, “una gran contaminación para el río Ulla al que verterá las aguas residuales de la factoría”. Al margen de apartado medioambiental, Ecoloxistas considera justificado el premio también por la cuestión económica. Tal y como han venido denunciando desde hace meses una planta de celulosa de estas dimensiones “tendrá un grave impacto socioeconómico para un territorio con una pujante industria agroalimentaria tradicional y un creciente turismo rural por el atractivo de su patrimonio cultural”, muy unido al Camino de Santiago.

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