Los que jalean de viva voz las críticas contundentes de la prensa extranjera contra el Gobierno de Pedro Sánchez por algunas decisiones tomadas durante esta crisis, se quedan mudos cuando esos mismos digitales de otros países centran su mirada en Madrid.

Un ejemplo de esto se ha vivido estos días, cuando un prestigioso medio internacional cuya balanza ideológica se inclina hacia la derecha ha puesto más que en entredicho la gestión de la pandemia por parte de Isabel Díaz Ayuso. Este tipo de censura mediática, además de provocar el silencio de quienes son lo primeros en vociferar la que afecta a la Moncloa, debería activar las alarmas internas en el PP.

En realidad, no se encienden a nivel nacional, pero sí entre los barones autonómicos ‘populares’. En algunos, incluso, se aprecia cierto malestar por las salidas de tono de Ayuso. Esta mañana, Núñez Feijóo habló de “espectáculo de enfrentamiento” el que ofrecen las administraciones madrileña y central. Lo hizo en Santiago de Compostela tras la toma de posesión del nuevo comisario de la Policía Autonómica.

No es el presidente gallego amigo de estridencias dialécticas salvo en momentos muy puntuales. Frente a sus formas, las de Ayuso, que parece ir por libre (de la mano de MAR, se sobreentiende) y quiere mostrar que es capaz de hacer de ariete contra Moncloa. Es evidente que la orden de Casado de apartarse a un segundo plano porque él es quien sufre el desgaste, parece que ya ha caducado. Ese desgaste también es interno, y es ahí, en esa parte del tablero, donde este martes, de nuevo Feijóo, ha vuelto a mover sus fichas. Al fin y al cabo, las meteduras de pata de la presidenta madrileña son palos en las ruedas del todavía mandamás del PP.

El presidente de la Xunta de Galicia en casi todas sus alusiones hoy a lo que ocurre entre Gobierno central y Comunidad de Madrid –como en ocasiones anteriores- ha seguido el guion. Esto significa que su posicionamiento es el de su partido. Ahí se enmarcan sus afirmaciones más contundentes, como que esto es “algo inaudito", en referencia al enfrentamiento entre administraciones, que está provocando un "coste reputacional" para ambos Gobiernos.

Más para el central, pero...

Se detuvo en este punto para decir que la gestión de una pandemia “no es fácil nunca” y afirmar que "la credibilidad y la reputación de España es una responsabilidad compartida, pero el Gobierno tiene que ser consciente del coste reputacional” para el país que deriva de esta controversia con “las autoridades sanitarias de la Comunidad de Madrid afecta directamente” al Ejecutivo que dirige Pedro Sánchez. En realidad, la discrepancia no es con las autoridades sanitarias, sino políticas.

También se refirió a las peculiaridades de Madrid. Aquí, siguiendo el mismo guion marcado desde la calle Génova, aludió a la densidad de población de la capital y de la región, al aeropuerto de Barajas, para concluir esta parte de su argumentación con un "a Madrid llegan y de Madrid salen todos los días miles de personas".

En un tono muy feijooniano también pidió “sosegar” el asunto y que el debate sea “epidemiológico y no ideológico”, para que sean “los comités clínicos” quienes se encarguen de tomar las decisiones.

En otro momento de sus declaraciones ante los medios, el presidente gallego, cambió el chip y no dudó en dejar a un lado el argumentario de su formación para subirse al carro de las Comunidades en las que se han adoptado medidas y éstas han funcionado y, de paso, lanzar algún que otro mensaje interno.

Parece que en esta parte se esconde una crítica al papel jugado por su homóloga madrileña en la toma – o no- de decisiones. Para ello, nada mejor que subrayar las propias, como la obligación por parte de los que van a Galicia de dar cuenta de su visita.

Se da la circunstancia de que Feijóo, cuando presentó esta medida, dejó fuera a Madrid, algo que provocó las críticas de la oposición.

Galicia y tres regiones socialistas

Agregó que ese conjunto de acciones han hecho que la región "siga siendo un lugar seguro", recordando además que "con Valencia, Asturias y Canarias somos las comunidades con menor infección, lo llevamos siendo durante estas últimas semanas y los últimos días aún hemos mejorado un poco más".

Esta referencia, también será observada como otro dardo a la beligerancia mostrada por Madrid, porque precisamente los Ejecutivos de las regiones citadas, todos socialistas, se han caracterizado por la adopción continua de medidas para frenar la propagación de los positivos por COVID-19.

El aviso para navegantes se podría extraer de la petición que lanzó ante los medios hoy en la capital de Galicia. Dijo que lo que hay que hacer en Madrid ahora mismo es que los gobiernos central y autonómico trabajen juntos “para hacer la mayor parte de test posibles, constantes y continuos", aislar a los contagiados y "acreditar que las cuarentenas se cumplen". Vamos, los deberes que debería haber hecho el Ejecutivo de Ayuso y, según los expertos médicos, no se han cumplimentado hasta ahora.

La máxima dirigente de la administración madrileña debería tomar nota de Cayetana Álvarez de Toledo y de la manida moderación ‘popular’.