Todo está preparado para proclamar la independencia. Y este hecho ha provocado que el consejero de empresa, Santi Vila, haya presentado su dimisión, tal y como se preveía si los acontecimientos se dirigían hacia donde han ido. Vila no está de acuerdo en declarar la independencia. Él ha trabajado para convencer de la necesidad de convocar elecciones. Como aliada al PP ha tenido la presidenta del Congreso, Ana Pastor, a la cual le une amistad. El mismo Vila ha confirmado su marcha y ha dicho que "mis intentos de diálogo nuevamente han fracasado".

Pero tanto en Cataluña como Madrid se han impuesto las facciones duras. En Cataluña, no dejando que el presidente Carles Puigdemont convocara elecciones, tal y cómo había decidido durante la mañana del jueves después de la prometida de Íñigo Urkullu, el presidente vasco, de que si Puigdemont convocaba elecciones Mariano Rajoy retiraría el 155, pero Puigdemont no ha recibido suficientes garantías por escrito de que esto pasaría, cuando, en el mismo momento, portavoces del PP al Senado, con Javier Arenas y Xavier Garcia Albiol, han dejado claro que el trámite iría hasta el final y que, además, se aplicaría, al rehusar la enmienda presentada por el PSOE por la que si se convocaban elecciones no se aplicaba el 155.

En una jornada de cambios constantes de opiniones, con una mañana donde Cataluña iba a elecciones, con la satisfacción de los socialistas catalanes y de Cataluña sí que es pot, se ha cerrado la jornada con el anuncio de iniciar la república catalana. Junts pel sí ha invitado a 700 alcaldes a assitir al acto, que se hará el viernes por la mañana en el Parlament.

Junqueras rehusa la presidencia

Incluso, Puigdemont ha puesto sobre la mesa su marcha y que fuera Oriol Junqueras quién asumiera la presidencia cuando Esquerra ha retirado el apoyo a la idea de la convocatoria electoral para frenar la aplicación del artículo 155. Junqueras ha rehusado el ofrecimiento. El Senado lo tiene todo preparado para aprobarlo viernes por la mañana. Sábado, el Consejo de Ministros lo validará y empezará la intervención de la Generalitat.

En paralelo, el Parlament, previsiblemente con los votos de JxSí y la CUP hará una proclama, o declaración, donde se iniciará el camino de la independencia. Puigdemont, presionado por su gente, pero sobre todo por Esquerra y la CUP, pero también por la calle con manifestaciones auspiciadas por los cupaires y por ANC y Òmnium, ha sucumbido y ha acabado dejando de lado la convocatoria electoral. Hay que tener presente que en una semana Puigdemont habría cambiado de opinión cuatro golpes: martes por la mañana se iba a elecciones, miércoles a mediodía apostaba por la independencia, por jueves por la mañana volver al escenario electoral y después de comer volver a la independencia. Todo aliñado con constantes reuniones al Palau de la Generalitat con sus consejeros, diputados de su grupo, Artur Mas y otros asesores y la presencia constante de los dirigentes de ANC y Òmnium.

Debate parlamentario

Aunque todo esté decidido, varios actores todavía mantienen una leve llama de esperanza. Hasta que el Consejo de Ministros no lo apruebe, Puigdemont tiene tiempos de disolver el Parlament, dejando sin efecto cualquier proclama. A pesar de todo, estas esperanzas son cada vez más exiguas.

Finalmente, se ha celebrado la primera parte del plenario para discutir, oficialmente, las medidas a tomar para parar el 155. En realidad, ha sido un debate político. Inés Arrimadas (C's) sigue haciendo de cabeza de la oposición y ha reiterado a su discurso que Puigdemont no quiere dialogar.

Miquel Iceta (PSC) se ha mostrado, con un tono de candidato a presidente, convencido que hasta el último segundo hay posibilidades de parar tanto la DUI como el 155. Incluso se ha ofrecido a Puigdemont a acompaña-lo en el Senado porque diga que convoca elecciones según la legalidad y que hace una oferta de diálogo político con el Estado. "No nos podemos rendir hasta el último momento", le ha espetado al presidente.

Lluís Rabell (CSQP) también ha insistido, como Iceta, en "evitar la catástrofe" y le ha pedido a Puigdemont que no se ponga como mártir. "No necesitamos épica sino lógica", ha dicho.

Xavier Garcia Albiol (PP), aunque a empezado con su tono provocativo habitual, ha sido conciliador durante una parte del discurso y ha reconocido que "el 155 no será fácil. Será complicado. Genera incertidumbre e inseguridad a la entrar en una dimensión desconocida". Y ha finalizado reconociendo que "no sabemos como saldremos".

Los portavoces de la CUP, Benet Salellas y Albert Botran, han atacado duramente PP, PSC y C's al considerarlos coresponsables del 155. Botran ha señalado que aunque el Estado español "es poderoso, no es invencible" y ha rogado que "nadie mercadegi" durante las últimas horas con las voluntades de la ciudadanía que quiere al independencia.

Finalmente, Lluís Corominas (JxSí) ha asegurado que "el 155 es un golpe de estado" contra la democracia y ha reconocido que las últimas horas habían sido tanto duras que muchos diputados habían llorado, "pero lo hemos superado".