El tiempo corre y aún no hay ningún acuerdo para evitar que el bastón de mando del Ayuntamiento de Barcelona acabe en manos de Xavier Trias, que lo fía todo a los vetos cruzados entre las formaciones de la Corporación. Los pactos entre las diferentes fuerzas políticas no prosperan y todo hace indicar que será el candidato de JxCat el que gobierne la Ciudad Condal. Sin embargo, el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, ha confirmado que hay una conversación abierta con el aspirante socialista, Jaume Collboni, para impedir el “riesgo de que Waterloo gobierne Barcelona”.

Daniel Sirera, candidato a la alcaldía de Barcelona por el Partido Popular, y su homólogo del PSC y aspirante real a gobernar la ciudad, Jaume Collboni, están en conversaciones para alcanzar un “acuerdo sensato” que impida que el bastón de mando de la corporación recaiga sobre el candidato del partido de Carles Puigdemont, Xavier Trías, exregidor de la Ciudad Condal. Lo ha confirmado Alejandro Fernández, líder de los conservadores catalanes, ante los micrófonos de Ràdio 4 y La2 este mismo jueves, donde ha extendido su plena confianza en el cabeza de lista de los populares.

“A jueves, a primera hora de la mañana, el señor Sirera y el señor Collboni todavía están hablando”, ha admitido Fernández en sendas entrevistas. El tiempo corre y los vetos cruzados entre las formaciones allanan el camino del independentismo catalán a la cúspide de la Corporación municipal. Xavier Trias, en estos momentos, parte como favorito para recuperar el cetro barcelonés tras varios años en posesión de una Ada Colau que parece quedarse sin opciones. Un tímido hilo de esperanza para las formaciones no nacionalistas se cuela por las rendijas de estas reuniones bilaterales entre socialistas y conservadores.

Fernández reconoce que “hacer alcalde a alguien del PSC no es tampoco aquello, un placer”. “Como usted se puede imaginar”, subrayaba el líder regional de los populares. En este sentido, ha defendido que las dos partes han de hacer concesiones a pesar de la distancia que les separa. De hecho, ha defendido el posible acuerdo resultante como una herramienta para “evitar el riesgo de que Waterloo gobierne Barcelona”, en una clara alusión al expresident de la Generalitat, Carles Pugidemont, residente aún en la ciudad belga.

En cualquier caso, Fernández ha apelado a que sea la lista más votada la que gobierne, pese a insistir en que esto ha de emanar de un acuerdo alcanzado y respetado también por el PSC. “Las normas son para todos o para ninguno”, ha advertido el dirigente conservador, antes de afear a las derechas identitarias de la región su discurso exclusivo y ultra.

Vox y Aliança, fuerzas identitarias

En otro orden de asuntos, el presidente del PP catalán ha lamentado el discurso “melodramático y exagerado” de la izquierda, pues lo asume como un caldo de cultivo de movimientos ultra como el de Aliança Catalana. La formación ultraderechista se alzó con la victoria el 28 de mayo en Ripoll (Girona). Fernández atribuye este éxito al argumento perenne del miedo, pues consiguen que la líder de esta formación, Silvia Orriols, se convierta en una mártir del catalanismo. “Acabas provocando el efecto contrario”, ha advertido antes de urgir a las fuerzas de la izquierda que abandonen el dramatismo.

No obstante, ha destacado que los postulados que defiende Aliança Catalana son diametralmente opuestos a las tesis que el defiende, tachándolo incluso de identitario. Una definición en la que también incluye, con matices, a Vox. Fernández considera que sus posicionamientos en el ámbito de la inmigración “no encajan en una sociedad libre” propia de la Unión Europea. Ha subrayado que estas tesis no son de su agrado, aunque ha defendido que en democracia es necesario negociar y alcanzar acuerdos con el resto de formaciones, independientemente de estas diferenciaciones.

En este sentido, el presidente de los populares en Cataluña estima que “no hay una preocupación” ante un posible gobierno central de signo conservador. Cree que la gente que no vote al Partido Popular está tranquila. “No hay una alarma absoluta”, ha insistido Alejandro Fernández, quien ha asegurado, en otro orden de cosas, que cuenta con la “confianza” de su formación y ha expresado su férreo compromiso de continuar en la política catalana porque el PP necesita una voz reconocible.

En consecuencia, Fernández también ha valorado el acuerdo del Partido Popular y Vox en la Generalitat Valenciana, percutiendo en que las doctrinas antiinmigración de Vox no le gustan nada. No obstante, defiende que el grueso del programa de gobierno de la futura coalición tiene el sello de los conservadores, por lo que lo cataloga como “impecable” en términos democráticos.