Este sábado deben constituirse los ayuntamientos. La fórmula es sencilla: o hay pacto alternativo que sume mayoría absoluta o, en su defecto, gobierna la lista más votada. Barcelona es la ciudad de España donde más se están moviendo las cosas, con el candidato del PSOE, Jaume Collboni, y la hasta ahora alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, haciendo lo imposible para conseguir los votos de un frente amplio de izquierdas -con ERC, que por el momento se decanta por dejar gobernar a Xavier Trias- o una suma imaginativa con los dos votos del PP, que también harían que la aritmética fuese favorable a los designios del cabeza de cartel del PSC en la Ciudad Condal.

Con los populares insistiendo en decantarse por Trías, candidato de Junts, el partido de Carles Puigdemont, la que ha movido ficha ha sido Ada Colau, que no se rinde en su aspiración de conseguir reubicar a la ERC de Ernest Maragall hacia una coalición progresista que aleje Barcelona de las manos de la derecha catalana. Para ello, la de Barcelona En Comú ha puesto sobre la mesa un gobierno combinado en el que el bastón de mando se reparta en tres fases: un año para Ernest Maragall (ERC), un año y medio para los comunes y el tiempo restante para Jaume Collboni (PSC), líder de estos tres partidos en las elecciones celebradas el pasado 28 de mayo.

Si esta fórmula fuese aceptada por los órganos de decisión de los republicanos, los números darían más que de sobra para superar la barrera de los 21 concejales -cifra que marca la mayoría absoluta en Barcelona-. La conjunción de la izquierda en el ayuntamiento de la Ciudad Condal provocaría un vuelco progresista en el que se unirían los diez ediles de Collboni, líder de la oposición, los nueve de Colau y los cinco de Maragall. 24 asientos en total con los que derrocar, sin problemas, a Xavier Trias, principal aspirante a recoger la vara de mando este sábado pese a que únicamente cuenta con 11 de las 41 concejalías repartidas en los comicios.

“Compartir la alcaldía es un incentivo suficiente donde cada uno puede imprimir su carácter y corresponsabilizarnos”, ha explicado Colau en una entrevista concedida en RTVE este mismo martes. A solo cinco días de que los ayuntamientos deban constituirse en la totalidad del mapa nacional, la hasta ahora alcaldesa ha pedido “generosidad” entre las partes para conseguir, in extremis y a última hora, un pacto que aleje a la derecha del ayuntamiento catalán.

La otra vía: el PP

Por el momento, parece más un sueño del PSC que una realidad en Génova. Las preguntas se suceden: ¿prefieren los populares investir como alcalde a un dirigente de Puigdemont que al PSC? ¿Es más responsable dar alas al partido que les montó un referéndum que a los socialistas catalanes? ¿Pasa un posible gran pacto por la exclusión de Ada Colau? ¿Estarían los comunes dispuestos a apartarse para garantizar que gobierno Jaume Collboni con los votos de Génova?

Génova, en la rueda de prensa habitual de Borja Sémper, respondió a su posición en Barcelona, aunque dejando la decisión en manos de su candidato municipal, Daniel Sirera: “A ver si el único partido en este país que no se puede votar a sí mismo es el PP. Faltaría más", exclamaba el portavoz popular. "A nosotros nos piden cosas en algunos lugares y nadie nos dice para qué y por qué. Con lo cual vamos a esperar", manifestaba.

"Ahora, ¿qué tenemos en Barcelona? Tenemos Colau y Collboni. Lo que se nos ofrece es Collboni y Colau. Hombre, muchos incentivos no parece que nos estén ofreciendo", sentenciaba con ironía, para reiterar que el candidato socialista tiene estos días para "convencer al señor Sirera de que él es el mejor alcalde posible".

Por el momento, por tanto, el PP sigue tanteando el terreno: su último movimiento, pedir que Trias firme ante notario su compromiso de no impulsar el independentismo desde su hipotética situación de primer edil en Barcelona. Renuncia a la nación y hacemos un pacto de clase. Sin independentismo hay entendimiento de la derecha. Ahora la pelota está en el tejado de Trias, que, por el momento, y si ERC no se mueve ni el PP tampoco en favor de Collboni, tendría asegurada su alcaldía.