Que Cataluña tiene una identidad propia, histórica y cultural, nadie se lo discute. Es más, tienen todo su derecho a defender y afianzar esa identidad. Pero de ahí a pedir “Un Estado Independiente” hay mucho trecho y muy escasa justificación, histórica y jurídica. Muchos catalanes no piensan así, y a otros se les está confundiendo. Los catalanistas se quejan de que contribuyen al desarrollo de España más que otras regiones. Y, ¿si se transformasen en “Un Pueblo de Europa”, como dicen ahora, no van a contribuir al desarrollo común? Y todo ello, suponiendo que lograsen la independencia, suponiendo que superen todos los trámites políticos y jurídicos, y suponiendo que los admitiesen en la Comunidad Europea. ¡Ahí es nada!

Decepcionante la posición del “molt honorable president de la Generalitat” No asiste a la manifestación por su cargo institucional, pero lo aprovecha para, desde ese mismo cargo, animar a que vayan todos. Presidente de un partido que ha presumido siempre de haber colaborado con la estabilidad política de España y ahora reniega. Quiere separarse de un estado al que le pide un rescate económico para poder seguir financiándose. ¡Qué listo nos ha salido este Sr. Mas!

Pero dicho esto, ¡ojo! que enfrente se sitúa otro nacionalismo igual de oportunista. El Partido Popular ningunea siempre que tiene ocasión al catalanismo, con la aspiración de buscar unos votos en el resto de España, y luego apoya al Gobierno de CIU porque no tiene mayoría suficiente. Me recuerda aquello de “Pujol enano habla castellano” y luego darles todo lo que pidieron a cambio de su apoyo. Estamos ante un choque de líderes nacionalistas excluyentes y oportunistas. Nacionalismos los imprescindibles, y oportunistas, ninguno.