Aznar dedicó buena parte de su discurso a aludir al debate soberanista en Cataluñ, apuntando que "no hay posibilidad de invocar la democracia cuando se actúa fuera de las normas de un Estado de derecho" o que "nacionalismo y europeísmo son en realidad conceptos opuestos". En ese sentido aseguró que "la Constitución fue nuestra puerta de entrada a Europa" y "romper con la Constitución es la puerta de salida de Europa".

Está en juego la propia "integridad" catalana
Para el expresidente, "el problema del nacionalismo no es solo con España ni con la Constitución; sino con el Estado de derecho" y avisó de que "España no se va a romper" y "sólo podría romperse si Cataluña sufriera antes su propia ruptura como sociedad". "Cataluña no podrá permanecer unida si no permanece española", vaticnó incluso, insistiendo en que no sólo está en juego la unidad de España sino la propia "integridad" catalana.

Contra las fórmulas federales o confederales
"Cualquier fórmula federal, confederal, o del tipo que sea, que requiera la quiebra de la soberanía nacional es inviable", alertó el expresidente, para el que "España significa libertad". En otro momentó aseguró que "lo mínimo que se podía esperar a cambio del pacto histórico era lealtad al consenso, pero hemos obtenido deslealtad con la democracia y con la ley" y apeló a no jugar "irresponsablemente con las cosas importantes", en términos similares a los expresados recientemente por la propia FAES. "La Constitución y sus efectos nacen de un acuerdo entre ciudadanos españoles, no entre territorios", subrayó.