La respuesta de Pere Aragonés a la derrota electoral sufrida por ERC en las elecciones municipales es la de invitar a Junts y a Comunes a fortalecer su gobierno minoritario en la Generalitat ante la perspectiva de una victoria segura del PP y Vox. La propuesta de un “frente democrático catalanista” para defenderse de un futuro apocalíptico tras las elecciones generales ha durado el tiempo que ha tardado Carles Puigdemont en redactar un tuit: “unidad para la independencia sí, para otras cosas, no.” Catalunya en Comú ha rechazado la oferta de plano y el PSC ha precisado que ahora la prioridad es ganar al PP en las urnas el 23 de julio para evitar el futuro que tanto preocupa al presidente de la Generalitat.

En su comparecencia, Aragonés ha pasado de puntillas sobre los resultados de las elecciones municipales, de las que solo ha dicho que no fueron buenos para el independentismo y que el mensaje que les han mandado los electores a las fuerzas soberanistas es la de buscar el entendimiento entre ellas. El presidente de la Generalitat pasa a interpretar el futuro para concluir que la urgencia es que Junts y Comunes apuntalen a su gobierno para defenderlo del PP y Vox, así como para preservar a las instituciones catalanas y a los consensos existentes sobre sanidad, educación, derechos civiles y políticos. Esta inversión en futuribles políticos de ERC para obviar lo sucedido el pasado domingo no ha convencido a nadie de los eventuales invitados a participar en el frente de resistencia, mandándolo a la papelera de los pasos en falso.

Junts, los principales afectados por este giro de guion de Aragonés, le han respondido con una contrapropuesta que, de hecho, es la suya de siempre. Si es para hacer una lista conjunta al Congreso y acelerar la llegada de la independencia, podemos empezar a trabajar en ello de inmediato. El secretario general de Junts, Jordi Turull, se aprestó a declararse dispuesto a reunirse mañana con Aragonés, de querer hablar de unidad electoral. No hay que olvidar que una de las razones de la salida de Junts del gobierno de Aragonés fue la negativa republicana a discutir la lista conjunta.

ERC no está para lista únicas, tampoco ahora, según aclaró Marta Vilalta, la portavoz de ERC en el Parlament, sino que está interesada en blindar al gobierno de la Generalitat de lo que pueda venir tras las elecciones generales. La lista conjunta, dijo, es una fórmula superada, ya experimentada en las autonómicas de 2015 con Junts pel Sí, que, en realidad, solo sirvió para retrasar la victoria de los republicanos en unas elecciones catalanas. ERC ya tiene cabeza de lista para las generales: Gabriel Rufián. Rufián fracasó en su aventura de hacer perder la mayoría absoluta del PSC en el consistorio de Santa Coloma de Gramenet y ya ha aceptado de repetir en las listas al Congreso.

El movimiento de Aragonés para alcanzar la unidad soberanista frente a la derecha españolista se presentó como “frente catalanista”, lo que implicaría, teóricamente, la incorporación del PSC, partido que está en el origen de la mayoría de los consensos que ERC quiere preservar, a partir de fortalecer su gobierno minoritario. Esta presencia, fue negada por Salvador Illa al poco de ser formulada, básicamente por dar por segura la victoria del PP, hipótesis que justamente el PSC quiere evitar. En todo caso, una formulación “catalanista” del frente, alejaría todavía más a Junts de la fórmula, especialmente a Carles Puigdemont, que además de exhibir su desinterés por lo que pueda pasar en España, no esconde nunca su rencor hacia los socialistas por su apoyo al 155.

De momento, la propuesta de unidad soberanista del presidente de la Generalitat será utilizada por Junts en su beneficio de forma inmediata. Primero, en las negociaciones post electorales en Barcelona, donde Xavier Trias necesita que ERC se mantenga al margen de cualquier maniobra por la izquierda; después, en las cuestiones pendientes en el Parlament, donde está pendiente de dilucidar la elección de una nueva presidenta de la cámara, tras la suspensión de Laura Borràs por la JEC.