El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha lanzado un mensaje contundente a las comunidades del Levante, especialmente a la Región de Murcia, pidiendo acabar con la "demagogia " sobre el trasvase Tajo-Segura y asumir de una vez la desalación como alternativa real y viable, tanto para consumo humano como para regadío.
En plena polémica por el uso del agua entre Castilla-La Mancha y la Región de Murcia, el presidente castellano-manchego ha instado a dejar atrás lo que ha calificado como "una estrategia populista" y electoralista que no se sostiene.
Desde Venecia, donde ha asistido a la tercera Comisión NAT del Comité Europeo de las Regiones, García-Page ha asegurado que la planificación hidrológica europea avanza hacia la desalación, y que seguir anclados en el trasvase responde más a intereses partidistas que a la realidad actual.
"¿Cuál sería el drama al que estaría abocado el Levante español si desapareciera, de repente, el trasvase?", se ha preguntado este miércoles García-Page después de que el Tribunal Supremo dictara sentencia y obligara a garantizar de forma inmediata los caudales ecológicos previstos para el año 2027 en el Tajo, lo que abre la puerta a una nueva revisión de las reglas de explotación de la infraestructura.
"El Levante ha regado y ha bebido gracias a la desalación cuando el trasvase estuvo parado casi dos años. Está todo inventado", ha subrayado el presidente regional, acusando al Levante de usar el agua como arma política.
García-Page ha reclamado que se desmonte la "rapiña electoral" y el "populismo hidráulico" en torno a esta infraestructura, y ha reivindicado un debate honesto: "Nosotros hablamos del agua en mayúsculas, no desde el politiqueo barato".
En su intervención, ha dejado claro que Castilla-La Mancha seguirá defendiendo un modelo basado en la sostenibilidad, alineado con las directrices europeas y alejado de la estrategia de demagogia que algunos mantienen viva.
Por ello, ha instado a los dirigentes murcianos a "dejar de atacar con la boca grande" lo que, a la postre, tendrán que utilizar a futuro, pues considera que "no les quedará más remedio".
López Miras pide "solidaridad entre territorios"
Frente a ese planteamiento, el presidente murciano Fernando López Miras, también desde Venecia, ha vuelto a situarse en el marco de un discurso ya conocido y repetido, basado en la apelación constante a la "solidaridad entre territorios" como justificación del trasvase Tajo-Segura, una infraestructura que, lejos de responder hoy a criterios técnicos o sostenibles, sigue siendo utilizada como arma política en determinadas regiones del Levante, como Murcia.
López Miras ha insistido en reclamar más interconexiones de cuencas y planes hidrológicos nacionales, obviando que la actual política europea y el cambio climático, han desdibujado ese modelo tradicional de reparto del agua, que ya no se sostiene ni económica ni ambientalmente.
Su discurso ha buscado reforzar el trasvase como pilar del regadío en el sureste español, sin asumir que ese sistema ha demostrado ser vulnerable, dependiente y altamente contestado por otras regiones.
Mientras Castilla-La Mancha mira hacia soluciones avaladas por Bruselas como la desalación y la reutilización, el Gobierno murciano ha optado por una defensa cerrada de las transferencias, sin proponer alternativas propias que reduzcan su dependencia
Castilla-La Mancha, satisfecha de que Europa avale su gestión en materia hídrica
Peses a los mensajes del presidente murciando en los que apela a la "solidaridad", el vicepresidente segundo del Gobierno de Castilla-La Mancha, José Manuel Caballero, ha subrayado la satisfacción de la Junta tras el respaldo tanto de la Unión Europea como del Tribunal Supremo a su gestión en materia hídrica.
Un aval que, a juicio del Ejecutivo autonómico, confirma que la posición defendida durante años —basada en el cumplimiento de los caudales ecológicos y en la protección de los recursos naturales— no solo es legítima, sino también jurídicamente sólida y alineada con las directivas comunitarias.
Caballero ha insistido en la importancia de garantizar el abastecimiento de agua en calidad y cantidad suficiente a la población de regiones como Ciudad Real, Cuenca, Albacete y Toledo, y ha puesto como ejemplo la inversión europea en la Tubería de la Llanura Manchega.
Un proyecto que evidencia que Castilla-La Mancha no solo defiende, sino que construye alternativas reales al viejo modelo trasvasista, con una visión responsable y sostenible del agua como recurso estratégico, público y cada vez más escaso.