Los medios que gustan de cargar las tintas al describir las discrepancias y tensiones entre izquierda y derecha sobre memoria histórica se habrán llevado una decepción esta mañana si han seguido la plácida sesión celebrada por la Comisión de Comisión de Cultura y Patrimonio del Parlamento andaluz, que preside la diputada de Vox Ana Gil Román.

Aunque con tono muy educado, la única voz realmente discrepante ha sido la del parlamentario del partido ultra Benito Morillo, quien, tras lamentar que en la Comisión se hablara mucho de memoria y poco de cultura y patrimonio, hacía dos afirmaciones recíprocamente excluyentes: la de que Vox “nunca se opondrá al cumplimiento de la ley” y la de que “no admitirá que se implementen planes políticos decididos por el anterior Gobierno”.

El punto 33

Aludía Morillo al Plan de Memoria Democrática que aprobó el Ejecutivo de Susana Díaz, dotado para este años con casi dos millones de euros, y cuyo desarrollo era precisamente uno de los motivos de la comparecencia de la consejera Patricia del Pozo.

El diputado Morillo fue al grano: “Le recuerdo, señora consejera, que en el punto 33 de nuestro pacto con el PP acordamos derogar la actual Ley de Memoria. Le pregunto: ¿van a cumplir nuestro acuerdo, señora consejera?”.

Con mucho tacto y buena mano para el toreo de salón, Carazo le dio largas al diputado pero procurando, eso sí, que no pareciera que se las daba.

Teoría de la concordia

En respuesta a Morillo, la consejera dijo que se sentiría “más a gusto con otra ley más amplia que la actual, donde otras sensibilidades se vieran incorporadas”, para a continuación preguntarle a Vox: “¿Cómo se hace una Ley de Concordia? No puede hacerse de parte, elaborada por la Consejería, sino con todos y entre todos, cediendo cada uno un poquito y teniendo mano izquierda”. Y añadió: “Si somos capaces de conseguirlo, estupendo, me encantaría abrir ese proceso, pero mientras, cumplamos esta ley”.

Más duro, por cierto, que Morillo estuvo el portavoz de Vox en la Cámara, Alejandro Hernández, que casi a la misma hora en rueda de prensa consideró “una pérdida de tiempo y de recursos desarrollar una ley que será sustituida en pocos meses”. Y se preguntó en tono de advertencia “a qué está jugando” el Gobierno andaluz en esta materia.

Hernández también aclaró que cuando la semana pasada habló de “buscadores de huesos” no lo hizo con ánimo de injuriar y que la expresión fue sacada de contexto por sus adversarios. "Hablaba de los restos de los dos bandos", dijo.

El rincón de Vox

Por lo demás, Del Pozo agradeció el tono constructivo de los portavoces de todos los grupos y subrayó que nunca iba “a hacer política con este tema”, al que trataría “con todo el cariño del mundo”, dando prioridad a las exhumaciones y las pruebas de identificación con ADN que reclaman con urgencia las familias.

El talante de diálogo de la consejera de Cultura y Patrimonio en una materia tan sensible para todo el PP y tan embarazosa para gran parte de él dificultará el empeño del Partido Socialista y de Adelante Andalucía de arrastrar a los populares al rincón de Vox.

De hecho y por lo que se le ha escuchado esta mañana y en comparecencias anteriores, Del Pozo parece estar más en sintonía con las posiciones menos sectarias del memorialismo dentro de la izquierda que con las cosas que, ajenos a la piedad, dicen algunos días algunos líderes de su propio partido y casi todos los días los líderes de Vox.